María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, aseguró que hubo una fuerte caída de las ventas y descapitalización por el manejo irresponsable del Bono Niño Jesús
Carlos Seijas Meneses/El Nacional
Una fuerte caída de las ventas convirtió al pasado mes en el peor diciembre de los últimos 50 años para el sector comercial, afirmó la presidente de Consecomercio, María Carolina Uzcátegui. “Es el peor año que se pueda recordar. Fue un cóctel perverso: la caída de las ventas por la pérdida del poder adquisitivo del venezolano, las inspecciones violatorias que llevaron a la quiebra a muchos comerciantes y la descapitalización por el uso irresponsable del Bono Niño Jesús, sin claridad en su manejo y canje”, explicó.
Uzcátegui apuntó que 95% de los venezolanos destinaron sus utilidades y aguinaldos en comida. “Mi sueldo lo destino prácticamente para la compra de alimentos. En diciembre no me pude comprar ni un par de zapatos. Me siento muy triste. Tampoco puedo salir con mi familia porque todo está muy caro”, expresó la empleada de una tienda de ropa para mujeres, ubicada en el este de Caracas.
A propósito de la caída de las ventas, relató que en diciembre hubo muchos clientes que se quejaron de los precios. En este momento las blusas cuestan entre 990.000 y 1.900.000 bolívares. Los consumidores también expresaron que anteriormente esa era su tienda favorita, pero que ahora no pueden comprarse nada porque la prioridad es la comida.
Es una realidad muy diferente a la de años anteriores. “Antes, la tienda se llenaba tanto que el número de empleados no era suficiente para atender a todos los clientes. No se daba abasto. Las personas compraban varias piezas y ahora si acaso solo pueden comprarse una”, dijo la vendedora.
Aseguró que la llegada de la mercancía también ha caído. La última vez que recibieron fue la primera semana de diciembre, a diferencia de antes cuando recibían semanalmente. “En años anteriores teníamos muchos productos. Ahora la disminución del inventario ha generado grandes cambios en el negocio”, indicó. Tuvieron que cerrar el piso superior que funcionaba como tienda y quitaron muebles que exhibían las prendas.
Cree que la próxima vez que llegue mercancía vendrá con precios nuevos. “Es una consecuencia del aumento salarial. Todo se va a disparar más de lo que ya está. Ese incremento no trae ningún beneficio”, afirmó la trabajadora.
Andrea Mendoza, empleada pública y madre soltera de una adolescente, manifestó sentirse muy molesta porque el dinero no le alcanza para comprar como lo hacía en el pasado. “Antes compraba zapatos, salía y me daba otros gustos, pero ahora con lo que me pagaron en diciembre no puedo comprarme ni una blusa, que me cuesta 2 millones de bolívares”, señaló.
Sobre el incremento de 40% del salario, decretado por el Ejecutivo, Uzcátegui aseguró que era insuficiente. Precisó que solo en diciembre la inflación fue superior a 80%. “El alza de los precios se tragó el aumento salarial. Sin embargo, la tragedia más grande es que la mayoría de los comerciantes, al no tener qué vender, no tiene cómo pagar esos incrementos”, explicó.
Indicó que la economía está paralizada porque los comerciantes no tienen productos para vender ni cómo reponer los inventarios, y el consumidor no tiene capacidad de compra. “Entonces ¿cómo se van pagar los sueldos a los empleados?”, añadió.
En una tienda de ropa para caballeros las ventas también cayeron en el transcurso de 2017. En diciembre estuvieron bajas, a pesar de que hubo movimiento de consumidores. “Nosotros tenemos más clientes que las otras tiendas porque nuestros productos son más económicos”, explicó un empleado.
Un paltó cuesta entre 2 millones y 7 millones de bolívares. Sin embargo, la dinámica en diciembre no fue la misma con respecto a años anteriores. De acuerdo con el trabajador, la tienda dejó de contratar empleados de apoyo el mes pasado debido a la caída del flujo de clientes. “Los consumidores no están comprando como antes”, dijo.
En una tienda de ropa casual también es notorio el cambio que ha sufrido en los últimos dos años. Anteriormente el establecimiento se llenaba hasta colapsar, incluso la cola para pagar era larga. “Este diciembre fue malo en comparación con el pasado. No hubo una recuperación significativa con respecto a meses anteriores”, aseguró la encargada.
La presidente de Consecomercio aseguró que en 2018 los comercios amanecieron con los anaqueles completamente vacíos, sin ningún tipo de inventario y sin dinero para reponerlo.