El gobierno de Joe Biden está considerando una propuesta de la petrolera Chevron para permitir que la empresa estadounidense acepte y comercie con cargamentos de petróleo venezolano para recuperar la deuda no pagada, dijeron cuatro fuentes cercanas a las discusiones.
Los representantes de Chevron mantuvieron en los últimos meses al menos una reunión de alto nivel con diplomáticos estadounidenses, junto con enviados de la oposición venezolana, según dos de las fuentes, quienes describieron como un hito en los esfuerzos de cabildeo que ha hecho la compañía, durante un año, para obtener un cambio en su licencia para operar en Venezuela, según una nota de Reuters.
No se llegó a ninguna decisión, dijeron dos fuentes en Washington que declinaron ser identificadas, y sigue sin estar claro el calendario para una nueva revisión.
Chevron quiere que Washington restablezca los privilegios comerciales que disfrutó durante un tiempo bajo la administración del ex presidente Donald Trump. A la compañía y a otros productores extranjeros se les permitió producir y exportar petróleo en Venezuela para recuperar los dividendos y la deuda de las empresas mixtas con la estatal PDVSA.
Ese acuerdo, que hasta mediados de 2020 permitía a Chevron comercializar entre 1 y 2 millones de barriles mensuales de crudo venezolano, fue suspendido bajo la campaña de «máxima presión» de Trump.
La estrategia tuvo un gran impacto en los envíos de petróleo de Venezuela, pero recientemente no ha logrado bloquear la llegada de los ingresos por exportaciones de crudo a la administración de Nicolás Maduro, por lo que se ha registrado un rebote de las ventas externas de hidrocarburos.
«El gobierno de Biden tiene cada vez más incentivos para aliviar las sanciones a Venezuela después de la estrategia fallida de Trump», dijo una de las fuentes familiarizadas con las reuniones. «Uno de los más importantes es llevar algo a la mesa de negociación» con Maduro, dijo una de las fuentes.
Venezuela debe cientos de millones de dólares a Chevron, la última petrolera estadounidense con personal en el país, por la operación de sus empresas mixtas.
«Es una práctica habitual reunirse con funcionarios del gobierno de Estados Unidos para ofrecer perspectivas sobre temas energéticos importantes para la compañía», dijo el portavoz de Chevron, Ray Fohr, en respuesta a preguntas sobre el cabildeo de la empresa.
Chevron está «comprometida con la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y sus familias, la integridad de los activos de nuestras empresas mixtas y los programas sociales y humanitarios de la compañía», añadió.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos declinó hacer comentarios sobre el asunto. Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que el gobierno «no prevé acciones de sanción». Las sanciones, dijo el funcionario, «niegan al régimen de Maduro los flujos de ingresos que financian la represión y llenan los bolsillos de los funcionarios del régimen, así como protegen el sistema financiero de Estados Unidos de la exposición a los flujos financieros corruptos e ilícitos».
Permitir la circulación de algunos cargamentos de petróleo bajo las sanciones de Estados Unidos podría ser una señal de flexibilidad hacia Venezuela. El relajamiento de las restricciones para beneficiar a una importante compañía petrolera, que podría impulsar los empleos en Estados Unidos, es menos probable que se enfrente a una reacción republicana, dijo una de las personas.
El gobierno de Biden también ha estado buscando formas de alentar a Maduro a volver a las conversaciones con la oposición venezolana que no ofrezcan grandes concesiones de las que se beneficiaría su gobierno.
El opositor Juan Guaido, que ha pedido en repetidas ocasiones la reanudación de las negociaciones políticas con Maduro después de que se suspendieran en octubre, dijo el mes pasado que una oferta de Estados Unidos para aflojar las sanciones si se reanudan las conversaciones «no es indefinida» y podría ser revertida.
Un nuevo acuerdo para Chevron también podría mejorar los lazos con India, cuyas refinerías en el pasado estaban entre los principales receptores de petróleo venezolano, suministrado por empresas autorizadas por Estados Unidos.
Pero, antes de las elecciones de mitad de período de noviembre, que podrían determinar si los demócratas de Biden conservan el control del Congreso de EE.UU., algunos asesores son cautelosos con respecto a las medidas que podrían ser vistas como un debilitamiento de las duras sanciones a Venezuela, especialmente en Florida, donde hay una gran población de exiliados cubano-americanos y venezolanos.
Otros asesores han dicho que son reacios a suavizar las principales medidas punitivas a menos que Maduro decida dar, primero, pasos concretos hacia unas elecciones democráticas.
Si Estados Unidos opta por no cambiar los términos de la licencia de Chevron, todavía podría conceder una exención a las restricciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de Estados Unidos para permitir ciertas exportaciones de petróleo, dijeron las fuentes.
La mayoría de las operaciones relacionadas con Venezuela permitidas por Estados Unidos desde 2019 han sido a través de intercambios de petróleo por combustible que aseguraron que el crudo venezolano no pudiera revenderse, y ningún pago en efectivo llegaría al gobierno de Maduro o a PDVSA.
Algunos funcionarios de Biden se han opuesto rotundamente a esos canjes u otros acuerdos que podrían beneficiar a PDVSA al suministrarle los combustibles y diluyentes necesarios que le ayudan a aumentar las exportaciones de petróleo.
Además de Chevron, las compañías petroleras europeas y asiáticas con presencia en Venezuela también han presionado a Washington para que comercie con el petróleo venezolano, según las fuentes.
«Si la licencia de Chevron es renovada, eso generará un efecto cascada en el cabildeo de otras compañías», dijo una de las fuentes consultadas por Reuters.