América Latina está ante el comienzo de una «profunda recesión» debido al coronavirus, que llevará en 2020 a una caída del Producto Interno Bruto (PIB) regional de 1,8 a 4%, con una proyección de fuerte incremento de la pobreza extrema, estimó este viernes la Cepal.
«Estamos ante el principio de una profunda recesión. Estamos ante la caída del crecimiento más fuerte que ha tenido la región», dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), un organismo técnico de las Naciones Unidas, con sede en Santiago.
La expansión del coronavirus impactará con especial fuerza a los países latinoamericanos, que ya atravesaban un débil contexto económico tras el mediocre crecimiento registrado en 2019, de sólo 0,1%.
En este escenario, la disminución de la actividad económica entre los principales socios comerciales de la región, la caída en el valor de las materias primas y el golpe en áreas como el turismo, llevarán a la región a registrar una caída del PIB en un rango de 1,8% a 4%.
La contracción del 1,8% considera solo los efectos en América Latina de la caída de actividad económica de China, el principal socio comercial de la región, pero si se suma el desplome de los países que integran la Unión Europea, Estados Unidos y latinoamericanos, el impacto será mucho mayor, en un rango de 3% a 4% de contracción de la actividad, explicó Bárcena.
Antes del COVID-19, la Cepal preveía que la región crecería un máximo de 1,3% en 2020
«El mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo en un contexto económico ya adverso. A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar», agregó Bárcena.
– Crece la pobreza –
Si los efectos del COVID-19 llevan a la pérdida de ingresos del 5% de la población económicamente activa en América Latina, la pobreza podría aumentar 3,5 puntos porcentuales, pasando de 185,9 millones de personas a 209,4 millones de personas.
La proyección de pobreza extrema no es más alentadora: se espera un aumento de 2,3 puntos porcentuales, de 67,4 millones a 82 millones, agregando 35 millones de personas en la pobreza extrema en América Latina.
El valor de las exportaciones de la región caerá por lo menos en 10,7% en 2020, debido a la disminución de los precios y a la contracción en la demanda agregada global, mientras que las medidas de contención tendrán costos en la producción equivalentes hasta un 67% del PIB regional.
Para la Cepal, la salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país pero las «asimetrías» en la región hacen que cobre aun más importancia el papel que jueguen organismos como el FMI y el Banco Mundial para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social.
«El mundo y la región enfrentan una recesión que va a tener efectos de corto y largo plazo. La pregunta es cómo minimizar sus costos y retomar el crecimiento. La magnitud dependerá, entre otros factores, de la contundencia de la respuesta económica, en la que la política fiscal tiene un papel fundamental», enfatizó Bárcena.
La Cepal recomienda reorganizar presupuestos para implementar paquetes de estímulo fiscal destinados a fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.
En el área monetaria, se requiere estabilizar los tipos de cambio y preservar la solvencia y el funcionamiento del mercado bancario. Adicionalmente, la Cepal aboga por «facilitar los préstamos a bajo interés y postergar el servicio de deuda a los países en vías de desarrollo, incluidos los de renta media».
Para 2021, la Cepal prevé una recuperación de las economías latinoamericanas con un crecimiento de 2%.
«Hay países que se van a recuperar más rápidamente que otros, sobre todo los que tengan capacidad productiva instalada», estimó Bárcena. AFP