Un día después de los anuncios en materia económica del presidente Nicolás Maduro y casi dos meses después de finalizado el año 2015, el gobierno de Venezuela comunicó las cifras oficiales que ponen sobre la mesa la cruda crisis económica que atraviesa: 180,9 por ciento de inflación y una caída de 5,7% en el Producto Interno Bruto (PIB).
Los datos revelan que durante el año pasado hubo una profundización de la recesión en la economía venezolana, que ya había caído 3,9% durante el año 2014, al tiempo que se aceleró el aumento de los precios respecto al año 2014, cuando la inflación reportada por el Banco Central fue de 68,5%.
«Las perturbaciones que incidieron en los resultados macroeconómicos del III trimestre de 2015 se mantuvieron para el cierre del año, incluida la caída observada en la cesta petrolera venezolana», explica el informe de la entidad.
El Banco Central reconoce que «a esto se suma la situación de desabastecimiento de productos, lo cual es percibido por la población como uno de los principales problemas que aquejan al país, junto a la especulación y el acaparamiento».
El documento que durante 2015 más sufrieron la inflación fueron los hoteles y restaurantes, con el 46,6%; los alimentos y bebidas no alcohólicas, con el 42,2%; el transporte, con el 375; y las bebidas alcohólicas y el tabaco, con el 33,1%.
Barquisimeto (224,0%), Ciudad Guayana (212,0%), Maturín (207,7%) y Barcelona-Puerto La Cruz (202,9%) fueron las más afectadas por la suba generalizada de precios.
El Banco Central reporta la tremenda baja del sector privado. «En el año 2015, el sector público experimentó un incremento de 1,1%, mientras que el sector privado descendió en 8,4%», señala el informe
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