Desde principios de 2014 se dejaron de publicar los indicadores, lo que viola la ley que rige al instituto emisor
Blanca Vera Azaf/El Nacional
Desde enero del año pasado no están disponibles en el portal del Banco Central de Venezuela las cifras sobre el índice de diversidad de productos. Dos meses después se tomó la decisión de dejar de publicar el índice de escasez. La disposición no tomó en cuenta que tendría serias consecuencias para el riesgo país de la República, que en este momento se ubica en un nivel parecido a Ucrania y superior a Grecia y Argentina.
A mediados de 2014 en una medida sin precedente se omitió la obligatoriedad de hacer públicas todas las estadísticas, lo que viola la ley del BCV. Las cifras del producto interno bruto y de la balanza de pagos no se difunden desde septiembre del año pasado. El índice nacional de precios al consumidor, el índice de desarrollo humano y el de producción petrolera no se conocen desde diciembre. Los indicadores de pobreza y las remuneraciones de empleados y obreros dejaron de ser públicas en diciembre de 2013.
En julio de 2015 Transparencia Venezuela introdujo ante el Tribunal Supremo de Justicia una demanda contra el BCV por incumplir la rendición de cuentas de las cifras macroeconómicas y violación de la Constitución. En agosto, el máximo tribunal declaró inadmisible la demanda con el argumentó de que Transparencia no presentó “ninguna prueba que acredite las gestiones que haya realizado para solicitar y obtener del presidente del BCV el cumplimiento de la obligación de rendición de cuentas establecida en el artículo 319 de la Constitución”.
Los expertos han señalado que esta medida solo crea más incertidumbre; como quedó demostrado el 20 de octubre cuando el presidente de la República dijo que la inflación estaba en 80% y tres días después que era 85%. Sin embargo, extraoficialmente se supo que entre enero y octubre se situó en 170,8%.
A finales de septiembre los inversionistas de bonos venezolanos en Nueva York le expresaron el ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, Rodolfo Marco Torres, que el alto riesgo país que presenta Venezuela tiene gran relación con la política de ocultamiento de cifras oficiales.
Francisco Monaldi
Economista. Profesor en Rice University
Es increíble que no tengamos cifras de inflación. Ni siquiera en Argentina, donde el gobierno manipula activamente los datos económicos, se suspendió su publicación. Las cifras de inflación son claves para la formación de expectativas y renegociaciones contractuales. No tenerlas implica que se usaran referencias como el dólar negro o números no oficiales para tomar decisiones. Obviamente, no tener cifras de crecimiento también es inaudito en una economía moderna. Es clave para que los agentes económicos puedan planificar. Las cifras de escasez son menos comunes en otros países porque es un fenómeno poco común en el mundo de hoy, pero en el caso venezolano es claramente muy importante.
Alejandro Arreaza
Economista de la firma Barclays Capital
El hecho de no contar con las estadísticas económicas complica aún más la tarea de llevar a cabo el análisis sobre la situación económica de Venezuela para tomar cualquier decisión de inversión. Es como manejar un automóvil a ciegas. Diría que uno de los principales perjudicados con esta política de ocultamiento de cifras es el gobierno. La ausencia de información oficial trae como consecuencia que se fomente la especulación y crezcan las dudas sobre la veracidad de lo que dicen los actores gubernamentales. Esta decisión al final se traduce en que se cree una mayor prima de riesgo para el país. Esa es la razón por la cual se castiga tanto la deuda de la República y de Pdvsa.
Richard Obuchi
Economista de la firma ODH
Es muy difícil que un gobierno formule buenas políticas públicas cuando se parte de la premisa errada. El Ejecutivo cree que no es relevante dar a conocer la información adecuada y precisa y que el hecho de publicar las cifras a tiempo es el verdadero origen del problema que afecta la economía. En realidad las estadísticas confiables y exactas son la base de la solución porque permite tener una mirada clara de lo que está sucediendo, y con base en ello diseñar esas políticas públicas que se requieren para hallar las vías que permitan solucionar la crisis. Un primer paso para solventar cualquier problema es reconocer que existe; mientras esto no se cumpla lo que se está haciendo es agravar el problema.
Ronald Balza
Economista. Profesor de Economía de la UCV y de la UCAB
En este momento no tenemos cifras de balanza de pagos, posición de activos internacionales e ingresos y egresos de divisas al BCV. A empresarios, sindicatos, investigadores y acreedores, la ausencia de información les impide planificar, negociar e interpretar sin asumir riesgos que dificultan innecesariamente sus acciones. En ausencia de mediciones oficiales, las estimaciones y cálculos indirectos se convierten en referencias comunes, que acaban por minar la credibilidad de las instituciones públicas. A esto se suma la imposibilidad de hacer contraloría social sobre las acciones del gobierno, lo que crea mayor desconfianza ante las oportunidades de corrupción que esto genera.
Gabriel Villamizar
Economista, profesor de Macroeconomía de la UCAB
Desde le punto de vista empresarial afecta la toma de decisiones no solo en materia de producción, sino en lo que respecta a qué beneficios laborales adicionales se le puede dar a los empleados. La falta de cifras dificulta proyectar la demanda o la producción y cómo pagar a los proveedores. Se crea un escenario de mayor incertidumbre al momento de planificar ante 2016. Hay un sector del gobierno que dice que en época de guerra económica no se deben publicar cifras. Pero también influye el hecho de que no se dan a conocer para que no se vea reflejado el deterioro en época electoral. Sin embargo, no se puede ocultar la caída del poder de compra ni las colas por la escasez.
Asdrúbal Oliveros
Director de Ecoanalitica
Es una irresponsabilidad del BCV no publicar las estadísticas y que obliga a ser dadas a conocer por la ley que rige al instituto emisor. Esta decisión del gobierno tiene incidencia en la percepción de riesgo y en la planificación de las empresas para medir sus costos y fijar precios. Adicionalmente, influye en la discusión de contratos colectivos y en la planificación para el pago de beneficios salariales que se destinan a los trabajadores y afecta también la actividad tributaria en la evaluación y planificación de los impuestos. Un país que no publica inflación está a merced de la especulación y las distorsiones de precios exacerbando los problemas de escasez y desabastecimiento de productos.