Yangel Herrera marca gol en victoria del Girona ante el Sevilla

Yangel Herrera

Yangel Herrera ha anotado un gol en la victoria 1-2 del Girona ante el Sevilla  en el Ramón Sánchez-Pizjuan.

El Sevilla ya es colista de Primera. El único equipo que no ha conseguido un solo punto en las tres primeras jornadas, después de la tercera derrota del curso, la segunda en su estadio. Impotencia de los hombres de un tocado Mendilibar, quien ahora acude al Metropolitano antes del parón y no son pocas las voces que hablan de que la decisión de mantener al vasco por la consecución de la Europa League pudo ser un error, viendo que pueden marcharse de vacío al parón de selecciones. Malos momentos para personajes que fueron héroes hace unos meses. Y es que a este Sevilla le pasa de todo y siempre es malo. El Girona no fue superior, pero aprovechó sus momentos en el encuentro, todo lo contrario de un Sevilla al que le crecen los enanos. No hay explicación a que todo haya vuelto a exactamente hace un año, como con Lopetegui. La dura realidad. Gritos al palco. A todo lo que se mueva. Nervión es un polvorín y nadie parece ponerle remedio.

La reprimenda pública de Mendilibar, después de la dolorosa derrota del Sevilla en Vitoria, hizo cierto efecto en sus hombres en cuanto a la implicación e ir de verdad a la presión, sin medias tintas. Al Girona le sale de cine la salida de pelota. Arriesgando como pocos equipos en LaLiga. Sin Oriol Romeu les cuesta un poco más. Necesitan encontrar a ese hombre que de verdad tenga tranquilidad para ejecutar lo que Michel demanda. El Sevilla apretaba y alguna vez sacaba algo de rédito, aunque le faltaba claridad en los últimos metros, como casi siempre. Buscar por alto a En-Nesyri como norma es sencillo de defender, por mucho que el marroquí a veces sea imparable. Resulta fácil hacia dónde va la pelota. El delantero sevillista tuvo un primer cabezazo en el segundo 28, pero estaba forzado. El Girona, pese a la presión, no se inmutaba. En su primer córner ya tuvo la primera ocasión con cabezazo de David López. En el siguiente saque de esquina, gol. Yangel Herrera se encontró dentro del área un balón que no supieron alejar de la zona de peligro entre Gudelj y Sow. La cara de Mendilibar era un poema.

Después de dos derrotas era el peor escenario posible. Se estiraban los locales por la banda de Jesús Navas, quien siempre asume el rol de agitador en los peores momentos. Un pase del capitán lo remató En-Nesyri con el pie en el área pequeña, aunque la defensa le había adivinado el desmarque. Sin terminar la jugada, el africano la tuvo con la derecha, tras un par de toques dentro del área, pero se nota demasiado que sólo puede utilizarla para el remate de primeras. Paraba Gazzaniga el disparo raso y flojo. El Girona se movía buscando coger la espalda de Navas con el velocista Sávio. No le hizo falta. Badé le regaló un balón en la salida y el extremo se plantó mano a mano con Dmitrovic, quien salvaba la papeleta tras jugada personal del brasileño. Se salvaba el Sevilla gracias a su criticado portero. El ambiente en la grada era de temor a un tercer rejón en el curso a las primeras de cambio. Atacaba sin cesar los de Mendilibar, sin ocasiones claras. En-Nesyri tuvo otro cabezazo que le salía centrado. Hasta que en una jugada parecida a la del 0-1, en un balón suelto dentro del área tras un córner, Gudelj fusilaba para hacer el empate. Suso incluso pudo poner el segundo antes del descanso, reaccionando bien Gazzaniga. Todo en elalargue. Tocaba empezar de cero.

Más madera para una hoguera

Arrancaba con energía el conjunto local y reclamaba Ocampos un penalti por agarrón que revisó el VAR. No cambiaba su decisión Gil Manzano de no ver nada punible. Respondía el Girona con más control de pelota, madurando las jugadas, aprovechando que el Sevilla no podía mantener un ritmo de presión sin un mínimo de respiro. Excesivamente alocado y sobreexcitado el equipo de un Mendilibar que sólo hacía indicaciones en un sentido, mandando a los suyos para arriba, con el peligro que eso siempre conlleva. Y no sería en una contra, sino en una jugada mal defendida por los sevillistas desde el origen, con un despeje dantesco de Rakitic dentro del área, para que Aleix García hiciese lo más complicado, colocando la pelota en la escuadra de Dmitrovic. Ahora sí el Sánchez-Pizjuán se ponía de los nervios. Porque estar colista a estas alturas es algo a lo que el sevillismo no termina de acostumbrarse. Ivan Rakitic quiso enmendar su error en el 1-2 y, de la forma menos esperable posible, anotaba el empate a los pocos minutos. Rakitic sacaba el córner en corto y la colocaba al segundo palo por encima de Gazzaniga para hacer el empate. Se anulaba por fuera de juego del croata al recibir la pelota. Se deshinchaba el globo andaluz.

Era un todo o nada para el Sevilla, dejando que cada pase de Gazzaniga fuese peligroso, simplemente con un golpeo fuerte. Un equipo roto y viendo que la supervivencia de su entrenador dependía de sumar algo. El Sevilla sólo colgaba balones y se acercaba a balón parado, con Rafa Mir ya en el campo junto a En-Nesyri. En un contragolpe, Sávio enviaba el balón al palo en una jugada calcada a la que tuvo en el primer periodo, y sin portero la echaba fuera Dovbyk. Quedaba algo de partido. Y Gil Manzano señaló a renglón seguido penalti en el área del Girona por tocar como barrera el balón con el brazo David López. Lo llamaba el VAR a capítulo. Y el árbitro anulaba su decisión al considerar que era hombro. Se le escapaba la oportunidad al Sevilla de empatar. El enfado era terrible en la parroquia local, que había visto la acción en los videomarcadores. Badé la tendría en el alargue. El balón no quería entrar. Tres puntos para el Girona. El Sevilla se desangra. Mendilibar ya camina por la cuerda floja.