Un gol de Trigueros en el minuto 91 de partido certificó en Balaídos la victoria del Villarreal CF ante el RC Celta en un partido que dominó el equipo visitante, que se estrelló contra el portero Rubén en el primer tiempo pero que obtuvo su recompensa en los momentos finales con un triunfo que lo acerca a la zona europea de la Liga Santander, al tiempo que mantiene al conjunto gallego cerca del descenso.
El Celta sobrevivió durante el primer tiempo al dominio del Villarreal. Después de quince minutos de tanteo, el equipo de Javier Calleja se apoderó de la pelota. Controló el centro del campo, marcó el ritmo del partido y poco a poco fue encerrando al equipo celeste.
La movilidad del ataque visitante hirió a un Celta descolocado, desajustado en la presión, salvado del desastre por su guardameta. El primer aviso serio del Villarreal fue un tiro de Cazorla que detuvo Rubén. Solo un minuto después, el portero tuvo que estirarse para despejar un peligroso disparo de Iborra, que inició la jugada en su campo y, tras asociarse con Moi Gómez y Mario, remató a escasos siete metros del meta gallego.
El Celta, que presentó las importantes novedades de Pape Cheikh y Juan Hernández en el equipo titular, apenas creó peligro. Se acercó poco sobre la portería de Asenjo. No aparecieron Aspas, ni Rafinha. Un lanzamiento desviado de Juan Hernández y un centro cerrado de Olaza fueron las únicas aproximaciones mediada la primera parte.
El Villarreal empujó al Celta hacia su área. Ganó superioridades desde los costados, sus laterales subieron sin fatiga, los desmarques de los puntas inquietaron la defensa celeste. Primero fue un pase de Gerard Moreno a Alcácer, que no pudo lanzar porque se encontró delante a Murillo; poco después, el pase fue de Alcácer para Gerard Moreno, que tiró alto.
Solo aflojó el equipo amarillo en los diez minutos finales del primer tiempo, algo que alivió al conjunto gallego, que cerró su gris primera mitad con un lanzamiento duro de Rafinha desde fuera del área.
Óscar García reorganizó su equipo en el descanso. Metió más músculo (Aidoo, Okay) y modificó el dibujo defensivo con tres centrales. El ritmo del juego bajó.
Ninguno de los muchos cambios de los dos entrenadores revolucionó el escenario. Se igualó el partido, un choque que, más allá de una acción individual de Chukwueze que atajó Rubén mediado el segundo tiempo, transcurría sin ocasiones. Sin embargo, los minutos finales avivaron al Villarreal, condenaron al Celta.
El equipo de Javi Calleja tiro de velocidad: Bacca rozó el gol con un lanzamiento a diez metros de la portería, una acción que mostró el desorden defensivo gallego cuando el delantero recorrió con la pelota unos cuarenta metros hasta colocarse ante Rubén. El siguiente contragolpe visitante fue más letal: Sisto perdió el balón en el centro del campo y segundos después el ataque amarillo culminó su contragolpe en el área del Celta con hasta tres tiros, de Bacca, Chukwueze y el definitvo de Trigueros, que acabó marcando el único gol en Balaídos, el tanto de la victoria, que acerca al Villarreal a Europa.