El Real Madrid cayó por primera vez en la temporada y segunda en el año. No conocía la derrota desde el 18 de enero, en aquella noche copera del Metropolitano. Puede que el derbi del domingo dejase tocado al equipo de Ancelotti, que al menos en los últimos minutos, dirigido por Modric, pudo igualar un partido plano. Tres paradas de reflejos de Chevalier evitaron que el Madrid igualara en una reacción muy tardía. El Lille aprovechó los desajustes blancos y conquistó una victoria de enorme prestigio.
El Madrid no entró en el partido hasta el final, aunque no arrancó mal. Avisó Ancelotti que Endrick tendría su ocasión como titular y le llegó con algo de retraso, pero en Champions. El regreso de Camavinga al once titular blanco permitió al italiano colocar a su equipo en 4-4-2 para buscar el ansiado equilibrio que le dio el doblete el pasado año. Funcionó de salida, prietas las líneas, con una medular física para evitar las salidas de un Lille atrevido. Puede que el campeón de Europa no intimide como se esperaba, porque ‘Los Dogos’ dieron rienda suelta a sus jugadores más creativos, Zhegrova sobre todo, y acabaron por imponerse en el primer acto. Y no sólo por el penalti de Camavinga.
Hasta la mano dichosa, el regreso de Eduardo sentó bien al equipo. Aportó cosas distintas, desde un par de conducciones para superar líneas a dos cambios de orientación desde la izquierda, precisos, al lado opuesto. También su capacidad para robar, por donde nació la ocasión inaugural. Rebañó el balón a André, sirvió a Endrick y el brasileño se fue como un rayo en diagonal hacia la portería. Rebasó a Bouaddi, acostó a Diakité y cuando tuvo que resolver con la izquierda, estrelló en el cuerpo de Chevelaier.
El Lille comenzó escorando todo su juego por la derecha, con Zhegrova en ebullición. Protegido con tres centrales y la aportación defensiva de André, el equipo galo empezó a carburar al ritmo de Bouaddi, un niño que cumplía ayer 17 años. Un centro lateral de Zhegrova obligó a Lunin a hacer dos paradas de mérito ante David. Especialmente la segunda, desde el suelo, para desviar sobre el poste. Pero al borde del descanso, una pérdida de Mendy provocó la contra del Lille que acabó en falta al borde del área. Lanzó Zhegrova y metió la mano Camavinga, aparatoso. Penalti. David transformó, a la izquierda de Lunin.
Debió ver flojíisimo Ancelotti a Mendy porque le dejó en la caseta tras el descanso. Con lo poco que gusta al técnico cambiar pronto. Pues en el 55 ya estaban listos para entrar también Mbappé y Modric. Porque el Madrid estaba incómodo, y además el Lille amenazaba más, con un remate de Zhegrova que salió cerca del palo. Pasó Tchouaméni a actuar de central y con Luka en la medular el equipo retuvo más el balón, pero le cuesta un mundo generar ocasiones de gol. Y eso es preocupante.
Esta vez no se podrá reprochar a Ancelotti que no buscase soluciones al atasco de sus futbolistas. Camavinga vio una cartulina en una entrada por detrás, lo que hizo aconsejable su relevo. Entró Arda Güler para entrar por la derecha y le costó entrar en juego. No aparecía nadie, ni Vinicius ni Mbappé ni nadie, hasta que Modric ordenó el asalto final. Abriendo a un lado y a otro, alcanzó para generar posiciones de centro y ahí sí sufrieron los franceses. Fue donde apareció Chevalier para lucir reflejos y sacar tres balones de gol. Remataron desde cerca Rüdiger, Bellingham, y al final Arda, rompiendo por el centro para buscar un caramelo de Modric. Remató centrado y el meta francés atajó la última ocasión blanca. El Madrid cae y transita por mitad de la tabla de la Liga. De Campeones. Es lo que hay.
La caída del Bayern
El regreso de la Copa de Europa a Villa Park -cuatro décadas después- no pudo ser más emotivo. Ni el príncipe Guillermo, ‘villano’ reconocido’, se lo quiso perder. El Aston Villa de Unai Emery recibía al Bayern, el equipo frente al que ganó su primera y única ‘orejona’ en 1982.
Ambos venían, además, de ganar y golear a Young Boys (0-3) y Dinamo Zagreb (9-2) en la primera jornada de esta nueva Champions. El Bayern partía como favorito, pero el triunfo fue para el Aston Villa (1-0) gracias, en gran medida, a dos ‘viejos conocidos’: Damián Emiliano Martínez y Pau Torres. La sentencia, eso sí, la firmó el mejor revulsivo del fútbol inglés: John Durán, autor del 1-0 en el 79′.
‘El Dibu’ amargó a un Bayern sin Musiala (ni Sané) de inicio. No valía -señalaron fuera de juego-, pero en el minuto seis ya había sacado un cabezazo a bocajarro de Kane. En el 9′ fue Diego Carlos quien evitó que Kane marcara a placer tras un ‘pase de la muerte’ de Gnabry.
Poco a poco, el Villa comenzó a generar peligro. De hecho, su primera gran ocasión acabó en gol de Pau Torres. Lástima que no subiera al marcador. El ex del Villarreal peinó un centro llovido de Digne y aprovechó el control en semifallo de Philogene para meter la puntera de la bota izquierda y marcar. El VAR, sin embargo, decretó fuera de juego de Ramsey en el inicio de la jugada.
Los balones en largo hacia Watkins, que volvió loco una y otra vez a Upamecano, permitían salir a los de Emery. El peligro, eso sí, lo ponía el Bayern. Gnabry mandó a las nubes una contra clara en el 29′ y ‘El Dibu’ negó el gol a Olise en el 39′ con la parada del partido: sacó de la escuadra el disparo del ex del Crystal Palace con una gran mano cambiada. Por si fuera poco, justo antes del descanso, evitó que Laimer, algo forzado, definiera mano a mano.
Kompany no dudó. Nada más salir del descanso inclinó el campo dando entrada a Musiala por Coman. Los de Unai Emery comenzaron, entonces, un ejercicio de resistencia en su propia área liderado por Konsa, Diego Carlos y Pau Torres. Kimmich buscó el ‘gol olímpico’ sin suerte en el 55′ y el internacional español bloqueó un doble disparo a bocajarro de Olise en el 57′. El ex del Villarreal abortó, además, la primera ‘cabalgada’ de Musiala en el 63′ y la de Sané en el 68′.
Emery, ganador de cuatro Europa League, y Pau Torres parecían reeditar la eliminatoriacon la que echaron al Bayern de Nagelsmannen cuartos de la Champions 2021-22.
Aún quedaba la guinda. Llegó en el 79′. John Durán, que había reemplazado a Watkins en el 70′, recibió un extraordinario envío en largo de Pau Torres y le pegó, con la zurda, según le vino, sorprendiendo a Neuer, que estaba fuera de la portería.
El colombiano, de sólo 20 años, parece empeñado en superar a Ole Gunnar Solskjaer como el mejor revulsivo de la historia de la Premier: suma seis tantos en apenas 300 minutos este curso. Goles, además, ganadores: marcó el gol del triunfo frente al Everton (3-2), contra el West Ham (1-2) y ante el Leicester (1-2).
Quedaba tiempo, aún, para dos ‘milagros’ más de ‘El Dibu’: uno en el 92′ y otro en el 95′. Primero salvó el remate a bocajarro de Sané y luego un cabezazo a quemarropa de Kane. Los tres puntos se quedaban en Villa Park. Los ‘villanos’ son los ‘héroes’.