El Sevilla demostró que soñar con la sexta Europa League es tan cierto como que en Sevilla no se puede dormir con más de 30 grados por la noche. El conjunto andaluz destrozó a la Roma en la primera parte y pudo golearla en la segunda, dejando a un equipo que llegaba con una racha impresionante en absolutamente nada. Anulado. Los goles de Reguilón y En-Nesyri en el primer tiempo fueron suficientes. Ahora toca pensar en los cuartos de final el próximo martes en el mismo escenario. No importa el rival. Con este nivel, el Sevilla es uno de los claros favoritos a disfrutar en agosto como lo ha hecho durante todo este siglo en mayo.
La primera parte del Sevilla fue como un publirreportaje de todo lo bueno que ha hecho durante la temporada el conjunto dirigido por Julen Lopetegui. Presión alta y asfixiante; control absoluto del juego; cambio de sentido para que los laterales aparezcan como extremos y una absoluta voracidad para ir a por la victoria. Un desenfreno de fútbol basado en una idea de juego memorizada por un buen grupo de jugadores, con una voluntad y un físico de nivel top en Europa. Una puesta en escena de un claro candidato a conseguir algo importante en la Europa League. Ese veneno que le han trasladado los veteranos del plantel, junto a un Monchi engorilado con este título, se demostró desde el pitido inicial. Un ciclón llamado Sevilla.