Revelación juvenil Andresscu gana US Open a Serena Williams

Tenista Bianca Andresscu

La Canadiense Bianca Andresscu con un juego demoledor batió a Serena Williams en la final del US Open 6-3, 7-5.

La estadounidense ganó 4 juegos seguidos para colocar el set decisivo en 5-5, pero la canadiense rompió la racha y gana a su primer torneo de Grand Slam a los 19 años.

Bianca Andreescu, como Naomi Osaka hace un año, ha aprovechado el peso de la historia sobre Serena Williams para ganar su primer ‘Grand Slam’ en el US Open, en un feudo donde era la visitante y su rival ejercía de local. La canadiense, que cedió en la primera ronda de la previa en la última edición del Abierto, situada lejos del ‘Top100’, derrotó a la Williams por un concluyente 6-3 y 7-5. El lunes será la quinta raqueta mundial.

La final femenina del US Open era la más desigual en cuanto a edad de las protagonistas. Nunca había habido tanta diferencia. Serena y Andreescu están separadas por 18 años y 263 días. Cuando la estadounidense ganó el primero de sus 23 Grand Slam en septiembre de 1999, su rival no había nacido.

Serena, que había estrenado maternidad en 2017, regresó a la competición con el objetivo de batir el récord de grandes torneos ganados por parte de Margaret Court. La australiana se quedó en 24 y ella seguirá con 23.

La estadounidense quería que su hija Olympia la viera ganar, pero no lo ha conseguido de momento. Después de tres grandes finales perdidas, dos en Wimbledon y una en las pistas de Nueva York, Serena sigue sigue sin sacarse esa losa de encima. Esa presión que le hizo perder los papeles hace un año en la final con Osaka volvió a aparecer ante Andreescu. Cabe recordar que en el único precedente entre ambas, en la lucha por la corona de Toronto hace 27 días, tuvo que retirarse a la conclusión del cuarto juego por molestias en la espalda. Dominaba la canadiense de origen rumano por 3-1 en la manga inicial.

A pesar de la lesión en el hombro que sólo le ha permitido jugar nueve torneos en 2019, ha estrenado su palmarés con las victorias en los premier de Indian Wells y de Toronto. El lunes estrenará su condición de Top10. Sale nueve del rankking. La flamante campeona asciende a la sexta plaza con únicamente ocho apariciones en el presente ejercicio por culpa de las lesiones.

Serena empezó muy nerviosa porque era consciente de lo que estaba en juego. Cometió dos dobles faltas en el primer juego que le costaron el ‘break’ en contra. Andreescu se situó con un favorable 0-2. Había salido a pegar palos y a renunciar a los largos intercambios. Le anularon un saque directo por tocar la pelota en la red y tuvo la primera mirada matadora con la juez de silla. Esta vez no estaba Carlos Ramos.

La Williams se sacaba la presión a guantazos y gritando cuando tenía la ocasión. La canadiense llegaba al 3-1 sin ningún error no forzado por los nueve de su oponente. Meghan Markle, esposa del Príncipe Harry, hizo el viaje de Londres a Nueva York para apoyar a la estadounidense. Estaba sentada al lado de la madre Oracene Williams.

Andreescu, a lo suyo, tuvo cinco nuevas pelotas de rotura con 4-2. La derecha de la joven canadiense era imposible de contrarrestar. La heroína local salvó los muebles pero seguía por detrás en el marcador. Perdió el asalto inicial con la tercera doble falta y se mascaba la tragedia en la Arthur Ashe. La mayoría de los presentes habían pagado la entrada para ver ganar a Serena.

En la continuación, el guión no cambió. Bianca se situó con 2-0. La Williams tuvo cuatro bolas de ‘break’ en el tercer juego para reengancharse a la final. Lo consiguió en la cuarta. Estaba al borde del llanto, como en las dos últimas finales de Wimbledon y la pasada en el cuarto ‘major’.

Remontada

Cada juego al servicio era un martirio para Serena. Entregó cinco veces su saque, que es su mejor arma. Salvó la primera pelota de partido al resto con 5-1. Nadie esperaba la remontada pero en la pista estaba una gran campeona. Encadenó cuatro juegos. Andreescu amagaba con tirar la raqueta. El público se levantaba y empezaba a jugar la final. El ruido era ensordecedor. La tenista natural de Ontario cortó la sangría para asegurarse, como mínimo, la muerte súbita. Gritaba más fuerte que los casi 24.000 espectadores que iban en su contra.