Real Madrid gana y sigue en disputa La Liga a falta de dos jornadas

El Real Madrid ha ganado en Granada y sigue a dos puntos del Atlético a falta de dos jornadas para definir el liderato liguero.

El Real Madrid respondió con energía a la victoria del Atlético y anunció en Granada que quiere pelear por LaLiga hasta el final. La dirección del eterno Luka Modric fue decisiva para abrir brecha en el primer tiempo y para escapar del nerviosismo desatado tras el 1-2 del Granada. El equipo nazarí demostró su carácter pese a haber concluido su temporada antes de empezar. Un rival exigente para una victoria convincente.

Sin margen para el error, Zidane sorprendió con una alineación revolucionaria. Colocó en los laterales a los canteranos Miguel y Marvin, recuperó los extremos con Vinicius y Rodrygo, y reservó a Kroos, vaciado frente al Sevilla, para que Valverde oxigenara el centro del campo. Un Madrid más fresco que no aplazó la misión de exigir al Atlético hasta el último aliento. Antes del cuarto de hora, Benzema cabeceó un centro extraordinario de Rodrygo que sacó Rui Silva con un paradón. Poco después, en el 17, una incursión por la izquierda mostró el repertorio de Miguel, que picó un pase al área, midió mal Duarte y Modric, muy zorro, controló y colocó bajo las piernas de Rui Silva.

El Granada saltó al verde sin opciones matemáticas de regresar a Europa, lo que no estropea una campaña brillante. El éxito es competir, y Diego Martínez ha construido un equipo intachable en ese apartado. Metió en el once a Jorge Molina, un superclase frente a los chavales, y el alicantino regaló un control fantástico que interceptó Courtois. No finalizó muchos ataques el cuadro local, pero se hizo fuerte en el centro del campo para evitar las contras de Valverde y bajó las revoluciones del partido.

Cayó lesionado Marvin tras una entrada temeraria de Machis. De esas que un juez de VAR escrupuloso entiende como roja. Por menos se ha expulsado a una docena de futbolistas esta temporada. Ni tarjeta. También cayeron doloridos Valverde y Casemiro tras dos lances comprometidos, desmintiendo una supuesta falta de intensidad local. Total, el partido se había accidentado y ambos parecían firmar el descanso, pero los niños no desperdician ni el tiempo de la basura. Marvin encimó a Gonalons en el centro del campo, sirvió a Rodrygo y el brasileño hizo jugada de alemán. Enfiló la portería como una bala, midió a Germán y cruzó el remate a la red. Cualquier parecido de Goes con Vini es pura coincidencia.

No compareció Marvin tras el descanso, con su tobillo maltrecho. Visto lo visto con el Barça ante el Levante y el Atlético frente a la Real, dos goles no son suficientes para dar por cerrado un partido en esta Liga. Aparecieron Modric, Valverde y Benzema para gestionar la pelota, y Casemiro para recuperarla. En los escasos apuros, MIlitao confirmó su jerarquía en el juego aéreo -la salida de balón es otro cantar-, por lo que el Madrid no sufrió mucho.

Conste que el Granada batalló por reducir distancias, ya con Luis Suárez y Soro en el césped. Zidane metió tres cambios: Asensio, Isco y Hazard. El Madrid perdió fuelle con las sustituciones. Pudo marcar Luis Suárez en un centro de Soro que se envenenó tras tocar en Militao. No hubo más avisos, Una contra granadinista cogió mal puesto al Madrid, Courtois salvó el remate de Luis Suárez con un paradón pero Jorge Molina, en posición legal, empujó a puerta vacía.

Reacción inmediata

El anuncio de agonía estimuló al Madrid, que reaccionó a lo grande. Que nadie quería perder quedó claro con las entradas de Nacho a Jorge Molina y Quina a Hazard. Durísimas, especialmente la última. Tras la amarilla al granadinista, Modric dirigió la elaboración de una jugada con paciencia hasta encontrar a Hazard en banda, centró atrás y Odriozola ejecutó desde el punto de penalti. Benzema arrastró a media defensa local para facilitar la llegada en segunda línea. Y sin pausa, un balón largo provocó a Rui Silva que salió descompensado y dejó la pelota a pies de Karim. El francés controló, amagó para acostar al meta rival y anotó desde lejos. Todo a las mismas pulsaciones de un anfibio. Talento es eso y el control de la primera parte. Exquisito.

Con el partido liquidado, Soro aprovechó para reivindicarse. Un demonio por banda. También Courtois, con otra mano prodigiosa ante Quina. No ocurrió mucho más porque Modric dirigió el juego con un criterio asombroso. A los que extrañó que no fuera sustituido mediada la segunda parte encontraron explicación al final. El croata no se rinde nunca, y arrastra al Madrid en el empeño.

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