Real Madrid ha resuelto un partido que se tornaba difícil hasta que el goleador Karim Benzema abrió el marcador al minuto 60.
Los meteorólogos avisaron de una nueva tormenta sobre Madrid. Nada que ver con Filomena, pero la borrasca Karim traía agua y viento. Arreció tras el descanso y pintó de épica el duelo hasta que surgió el otro Karim, Benzema, para despejar el paisaje con un cabezazo poderoso que doblegó al Getafe, antes incluso de que Mendy anotase el segundo. El conjunto azulón ofreció poco, especialmente en ataque, y cayó sin oponer apenas resistencia. Una cara impropia del equipo de Bordalás.
Zidane hizo de la necesidad, virtud. En lugar de cambiar de banda a Mendy le dejó en la izquierda, pero como marcador, en un dibujo con tres centrales y dos carrileros: Marcelo y Marvin. La sorpresa del canterano en banda derecha tuvo un damnificado claro, Isco, que no encontró hueco en una alineación de circunstancias. Seguro que el entrenador no ve ni rastro de aquel futbolista que dominaba los partidos con el balón en el pie. Con lo que se le necesita. Una pena.
El gran beneficiado del nuevo dibujo madridista fue Marcelo, liberado de la obligación de preocuparse por el retorno. Como en el caso de Alarcón, la calidad del brasileño es innata, y las mejores incursiones en jugada llevaron el sello del 12. Como la contra que entregó a Modric y Soria desvió con apuros. Fue la mejor acción de peligro del Madrid en el primer acto junto a un cabezazo de Benzema, tras un córner botado por Asensio, que se estrelló en el larguero. Pareció que Alberola pitaba falta del francés al apoyarse en Cabaco, pero no quedó claro ni una cosa (si la pitó) ni la otra (si era falta).
El Getafe sorprendió con la alineación, pero no en el planteamiento. Desde un palquito del Di Stéfano, el sancionado Bordalás divisó cómo los azulones cerraban espacios y apenas sufrían frente al Madrid. Metió trabajo con Portillo o Cucho en la zona de creación, reservando al esperado Kubo y a Aleñá. En la práctica, el Geta no se asomó a Courtois, que vivió uno de los primeros tiempos más plácidos del ejercicio. Cabaco, excelente en la corrección cada vez que el Madrid buscaba la profundidad por el sector de Vinícius, evitó sustos.
Tiene su gracia que la tormenta Karim abonase el Di Stéfano para la épica. No tenía más remedio que aparecer Benzema, que estuvo a punto de convertir el primero con un disparo cruzado, estupendo, con respuesta notable de Soria. En la ocasión, al poco de comenzar el segundo acto, tuvo mérito Varane, con un robo en campo contrario, y Asensio, que sirvió al hueco con precisión. El balear, entre líneas, luce a conciencia.
El Geta dio tres pasos adelante con los cambios. Mata, Kubo y Aleñá mejoraron el ataque azulón, coincidiendo con el primer relevo blanco. Salió el cartelón, Arribas por Vinícius, pero no, el sustituido fue Marvin, puede que tocado, así que Vinícius se trasladó a la derecha, con todo el carril para él. En la primera, Cucurella se plantó solo en el área ganando la espalda al brasileño, pero resolvió mal. En la segunda, Vini ejerció de extremo derecho y dibujó una rosca perfecta que cabeceó Benzema a la red. Palmaditas a Vini por su centro y bronca a Cucurella por no encimarle. El fútbol es caprichoso.
El 1-0 rompió el duelo y sacó al Geta del partido. Lo siguiente reseñable fue el segundo, originado en un robo de Mendy como central zurdo, apertura a la izquierda, centro exquisito de Marcelo y definición del defensor francés, con la derecha en área chica. También participó Arribas, que agilizó la jugada al primer toque.
No ocurrió mucho más en los 24 minutos restantes. Entró Isco para atar la pelota, y Chust por el tocado Marcelo, con los músculos agotados. El Geta se marchó del duelo ofuscado, sin tirar a portería, poniendo muy poca resistencia al Madrid. Insólito. Los blancos solventaron el compromiso con seriedad y firmeza defensiva, descubriendo un camino por explorar ante situaciones puntuales, el de los tres centrales. Si cuesta hacer goles lo mejor es blindar a tu portero. Así se ganaron títulos.