Pincha el Madrid, Rayo Vallecano derrota a los merengues en La Liga

El Real Madrid pincha en Vallecas, el FC Barcelona es el nuevo líder de La Liga. Rayo Vallecano ha ganado 3-2  al conjunto merengue.

Ha ganado el Rayo, ha perdido el Madrid. Es la primera derrota de los de Ancelotti en esta Liga, que lo habían ganado todo fuera de casa. Locura en Vallecas y ahora sí que sí el Barcelona es el nuevo líder del campeonato. El Real se queda a dos puntos.

Se sospechaba que al Madrid le esperaba una noche de sufrimiento en Vallecas. Frente a rivales dinámicos, organizados, atrevidos, de esos que no tienen miedo a nada, el equipo blanco no se encuentra cómodo, especialmente en el punto en que estamos. Asomados al balcón del Mundial, con algunos futbolistas más atentos a la lista de su país que al compromiso liguero, y con ausencias capitales, como Benzema o Kroos. Gente a la que le pasas un balón con apuros y te mejora la jugada. Pues todo eso que se esperaba desde fuera debió sorprender a los de dentro, porque el Rayo fue incontenible durante media hora.

Marcó a los cuatro minutos Comesaña, recibiendo solo en la frontal el centro desde la izquierda de Álvaro García. Profundidad en banda y centro atrás, sin vigilancia de Tchouaméni. El francés no tenía sitio ni Modric balón. La presión franjirroja asfixiaba a los de Ancelotti, que perdían un balón tras otro. Una salida fallida de Militao dejó a Álvaro García mano a mano con Courtois, que sacó con el cuerpo. Tiró Isi alto, acabando jugada, y Militao enmendó en parte su error limpiando de la cabeza de Camello el remate a centro del inevitable Álvaro.

La intensidad del Rayo, indiscutible, focalizó a Vinicius, que mereció la amarilla por una entrada destemplada a Balliu y le convirtió en el objetivo franjirrojo. Que Vini se calienta «como la madre que le parió», que diría Aragonés. Balliu le buscó en una disputa y le calentó la oreja. Isi con el brasileño y le sacó del campo con un empujón. Junior pareció Senior y templó gaitas, como un veterano. Circunstancia que agradeció el Madrid dando la vuelta al duelo.

Marco Asensio, inadvertido en el primer tercio, fue la espoleta. Combinó en la derecha, entró en el área y cayó, perseguido por Fran García. Martínez Munuera lo vio clarísimo. Nada. Que sigan. Que no me digan nada. Tuvieron que llamarle repetidamente del VAR para que fuera a revisarlo. Pues penalti. Transformó Modric. Con el empate calentito, el Madrid forzó un córner, botó Asensio, Lejeune se equivocó al buscar la falta de Militao y el brasileño cabeceó a la red, en escorzo. Pleno. Dos tiros, dos goles.

En otras circunstancias, el Madrid habría gestionado su ventaja, al menos hasta el descanso. Para serenarse y ordenar el duelo. Pero regaló una jugada espantosa que defendieron horrible Mendy, Alaba, Militao, Modric y hasta Courtois, sorprendido por la volea de Álvaro García por su palo. El empate al descanso sólo era el anuncio de lo que estaba por venir. El Rayo, extraordinario por ambición y amplitud, disparó a los laterales, especialmente a Fran García, para reconquistar la ventaja. Es verdad que en una buena contra conducida por Asensio, lo mejor del Madrid, pudo anotar Rodrygo con la zurda, cerca de la escuadra. Pero la insistencia rayista obtuvo premio.

Un penalti por mano de Carvajal, de nuevo indicado desde el VAR, recompensó el esfuerzo local. Lanzó primero Trejo y desvió Courtois, pero entró antes de tiempo Carvajal para sacar la pelota. Aunque el manual indica quien lo falla una vez no debe lanzar dos veces, el capitán rayista convirtió con eficacia.

No se puede negar que el Madrid lo intentó. Sacó el alma que no había mostrado en toda la noche. Y eso que los cambios no ayudaron. Tarde y sin mucho alcance. Al menos dejaron en el centro del escenario a Asensio, la única tabla a la que asisrse. De sus botas partió la mejor opción de empate, un centro magnífico que buscó a Mariano pero encontró a Rodrygo. El brasileño no acertó a rematar en boca de gol. El agobio final no alteró el resultado. Premio justo para un Rayo mejor y más metido. El Madrid se ha caído hasta ceder el liderato al Barça, con ventaja de cara al parón.