El tenista español Rafael Nadal develó que tanto los médicos del torneo de Brisbane como los suyos le han explicado que si hubiera disputado el torneo de Brisbane habría habido un alto riesgo de no estar disponible para el Abierto de Australia, primer Grand Slam del año.
El balear compareció en rueda de prensa para anunciar su retirada en el que iba a ser su primer torneo oficial del año tras un largo periodo de tiempo lesionado, y comentó que la decisión ha sido tomada a pesar de que “las sensaciones son buenas” y que se encuentra mucho mejor que hace tres días, cuando decidió no disputar la final de consolación en Abu Dabi por precaución.
“Me siento bien, pero después de un largo periodo sin competir sentí unas pequeñas molestias en el primer partido en Abu Dabi. Esa es la razón por la que no jugué el segundo partido allí”, argumentó.
Nadal, además, recalcó que ha estado entrenando con normalidad durante estos días, pero que a pesar de ello ha decido no jugar en Brisbane, donde ya estuvo ausente en la pasada campaña por la misma razón.
“Hice una resonancia magnética y se vio un pequeño problema en el muslo izquierdo. Quería jugar, pero los consejos de los médicos eran contrarios a que lo hiciera”, dijo Nadal. “Es poca cosa, pero se puede convertir en algo mucho mayor. Cuando juegas la tensión sobre el músculo puede empeorarlo”.
“Es muy duro especialmente para el torneo y los aficionados, porque es el segundo año consecutivo en el que ellos no tendrán la oportunidad de verme jugar. Pero no tengáis duda de que el principal afectado de esta situación y el primero que está sufriendo soy yo”, aclaró.
Por último, el balear afirmó que tiene que “entender que lo sucedido tan sólo en una consecuencia de haber estado tanto tiempo apartado de las pistas” aunque admitió que es difícil anunciar estas decisiones. EFE