El Barcelona despidió la primera vuelta de la Liga española con una victoria ante el Eibar (3-0) sin brillo y en la que Messi logró su gol 400 en Liga lo que le consolida a los catalanes como líderes destacado de la competición.
El equipo guipuzcoano hizo un partido más que digno en el Camp Nou, pero encajó su novena derrota en nueve partidos ante el conjunto azulgrana, todas ellas por dos o más goles de diferencia.
Y eso que el Eibar salió a buscar al Barça arriba, ejerciendo una prisión asfixiante con la convicción que solo tienen los equipos de Mendilibar.
El conjunto catalán no supo sobreponerse a ella en toda la primera mitad. Solo un tuya-mía de Luis y Suárez y Coutinho, que el punta charrúa culminó con un preciso tiro cruzado, rompió la defensa visitante para colocar el 1-0 a los 19 minutos de juego.
Los de Valverde solo se acercaron con peligro otra vez a la meta defendida por Riesgo, durante la primera parte, en un cabezazo de Sergi Roberto que cruzó demasiado.
El resto fue una exhibición de fe, garra y rigor táctico del Eibar, con Diop y Escalante trabajando a destajo en el centro del campo y el equipo presionando la salida local desde su jugador más adelantado -Sergi Enrich- hasta el último hombre de la zaga.
Durante muchos minutos, los visitantes lograron que el partido se jugara en el campo azulgrana y que Barça no saliera con el balón jugado desde atrás, pero tampoco fueron capaces de generar peligro.
Un cabezazo de Sergi Enrich que se marchó cerca de la escuadra izquierda de Ter Stegen fue todo el bagaje ofensivo visitante antes del descanso.
El Barcelona, con un fútbol indolente y falto de ritmo, apenas tenía continuidad en su juego, convencido de que, tarde o temprano, aprovecharía algún error visitante y que la victoria llegaría por inercia.
Y tuvo razón. Acabó llegando por la inercia goleadora de Messi, que hizo su tanto 400 en Liga, tras culminar con la zurda otra combinación entre Coutinho y Luis Súarez tras una pérdida de balón de Arbilla en el 53.
Con el 2-0, el Eibar bajó la intensidad, y Luis Suárez, Coutinho y también Messi pudieron hacer el tercero, pero sus remates se encontraron con Riesgo, antes de que Suárez lograra el premio a su insistencia a la hora de juego (3-0).
Con el partido decidido, la última media hora fue de nuevo de lo más anodina, con el Eibar intentando marcar el gol del honor y el Barça instalado cómodamente atrás esperando para hacer el cuarto a la contra.
Por los visitantes lo intentaron Sergi Enrich, que otra vez cabeceó desviado, y el recién ingresado De Blasis, con otro remate de cabeza que puso por primera a vez a prueba a Ter Stegen en todo el partido.
Por el lado local, solo la entrada de Dembélé animó los últimos minutos de un encuentro que el Barça solventó acogiéndose a la ley del mínimo esfuerzo, reseña Analítica