Maickel Melamed: La vergüenza es más fuerte que el miedo

Tras culminar su quinto maratón (Boston 2015) en abril pasado, el caraqueño de 40 años está dedicado a su proyecto motivacional, que, desde hace más de 12 años, lo ha llevado a recorrer América con un mensaje apasionado sobre el poder humano. Y, a pocos días de volar a Maracaibo, conversó sobre las herramientas de que compartirá con los zulianos en el teatro Artes.

Transformar ‘imposibles’ en realidades concretas. Con esta misión llegará Maickel Melamed al Zulia, el próximo 12 de septiembre, en donde ofrecerá la conferencia Vuelta en U, una que (junto con “Súbete en esa nube”, de Argenis Angulo) buscará resonar en cada persona para moverla a construir y hacer realidad aquello que tanto anhela. Porque si algo ha demostrado el atleta y coach venezolano es que, a pesar de las circunstancias, no existen límites para llegar a la cumbre del éxito.

—¿Qué quiere enseñar con la conferencia Vuelta en U?
—A esta conferencia la un concepto que hoy sea ha convertido en parte de la conversación cotidiana de los que manejan el tema humano: la resiliencia, la capacidad que tenemos los seres humanos de adaptarnos a los constantes y continuos del entorno que, a veces, son muy o menos evidentes, pero que nunca se detienen. De esa manera, mientras más preparados, más sabemos y tenemos las herramientas para tener una mayor capacidad de reacción y de accionar ante el ambiente.

—¿De dónde viene el título Vuelta en U?
—Hay muchísimas interpretaciones que te llevan a hablar de ‘vuelta en U’. Hay, sin duda, una señal de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, volver hacia atrás. El tema es que hay unos que debieron cambiar, que debieron adaptarse, que debieron entender que todo en la vida cambia y, entonces, viene la vuelta en U. Vienen a retomar esa capacidad humana de flexibilidad, esa capacidad de girar, de voltear la mirada. Cuando estamos mirando de frente vemos una pared y ahí nos estamos haciendo daño. Vuelta en U nos permite voltear la mirada hacia lo que construye más que destruye y hacia aquello que podemos compartir con otro para hacer cosas que alimenten.

—¿Qué es el éxito y cuál es esa justa magnitud que nos promete hacer entender?
—Sabiendo que aquello a lo que quieres llegar no se hace de la noche a la mañana, que necesitas de diferentes cosas y que, al final, los sueños son invisibles hasta que se hacen realidad. Sobre todo, los grandes sueños son invisibles hasta que un día, de pronto, todo empieza a construir y dices: ‘Guao, si todo estaba tan difícil, cómo llegó a que esto fuera realidad’. Así es la vida. Nos va probando, haciendo que cada paso cuente, que cada paso sea el éxito en sí mismo. Y, celebrando cada paso, cuando menos te lo esperes ya el éxito llegó.

—“Si lo sueñas, haz que pase” ha sido uno de sus lemas. ¿Aprenderemos cómo hacerlo?
—Claro. Cuando tienes la capacidad de creer, de adelantarte, de identificar, de asumir, manejando los cambios y las adaptaciones del entorno, sabes qué hacer, es decir, sabes cómo hacer que pase. Un gran porcentaje de personas que se detienen o que renuncian a sus sueños y a sus actividades, a sus deseos, a sus metas tiene que ver con no poder adaptarse, no poder ante una derrota y un cambio en las condiciones, ante una circunstancia fuerte.

—¿Cómo “metabolizar” la frustración en estos tiempos?
—En el momento en que haces los obstáculos parte de un camino, entiendes que no son la vida entera. No es la derrota, es una dentro de una gran historia. Además, cuando haces de tu vida, de tu camino, de tu proceso, una gran historia, todo tiene sentido. Los grandes obstáculos, contándolos como parte de una gran historia, valen la pena. Además, se asumen con mayor disfrute con mayor capacidad de metabolización de esa frustración que es natural para el ser humano. Solamente cuando asumamos las circunstancias es que los resultados se van a dar.

—Usted ha demostrado que todo es posible. ¿Qué son las crisis para Maickel Melamed?
—Las crisis existen todos los días y hay días en que parecieran que nos desbordan. Las crisis no son otra cosa que los cambios del entorno, los constantes cambios haciéndose presente y visibles. La crisis es creer que eres más grande que la vida y, al final, somos más pequeñitos que la vida. Y cuando asumes tu pequeñez, te conectas con la grandeza. Creo que esa es una de las cosas más importantes: entender que somos partecitas, que venimos a esta vida a compartir con otros, a construir con otros.

—¿Cómo se enfrenta una situación colectiva como la que vive Venezuela?
—Hay dos cosas muy importantes. La primera tiene que ver con la capacidad de usar la realidad para construir, porque solo desde la realidad puedes construir. Pero la realidad es completa. Es decir, está la oscuridad por un lado y está la luz también. No perder la capacidad de ver luz en cada rincón, en cada paso, en lo más sencillo, en la sonrisa de un niño, en el agradecimiento a un ser amado, en la trayectoria que llevas, porque, estoy seguro, que todo lo que has hecho en la vida lo has querido hacer lo mejor que puedes. Agradeciéndote, enorgulleciéndote de tu trayectoria y viendo esas cosas que también son luminosas puedes tener el combustible necesario para enfrentar lo que también es oscuridad. Abrazar la oscuridad para hacer una vida completa.

—¿Cuáles son las principales creencias erróneas que debemos derribar?
—Las limitantes que nos llevan a sentir tres cosas: el miedo, la vergüenza (que es más fuerte que el miedo. Y eso es muy importante decirlo) y la rabia, que es muy importante bien canalizada, pero, cuando no la canalizamos, cuando no la descubrimos y la dejamos adentro o cuando la esparcimos por todos los contextos, destruye mucho. Todas las creencias, todos los pensamientos y todas las acciones que nos llevan a sentir miedo, rabia o vergüenza hay que analizarlos, ponerlos en contexto, ver cuáles son adecuados y cuáles son de sobra, los que son artificiales, cuáles son los que, definitivamente, nos limitan a eso que tanto queremos.

—¿Qué espera de los zulianos el próximo sábado en el “Bellas Artes”?
—No puedo esperar más que calor. Espero mucho calor zuliano y esa capacidad que solamente tienen ustedes de transformar cualquier lugar en una celebración ardiente en la cual, como el fuego creador, se construyen grandes cosas. Así que espero a la familia zuliana allí, creyendo y expandiéndose para compartir un espacio, no solo de tiempo agradable y divertido, sino, sobre todo, constructor, un espacio donde nos inspiremos mutuamente y donde crezcamos mutuamente y de ahí surjan muchas cosas bonitas para el porvenir de cada quien.

Fuente: Panorama