Giuseppe Palmisano, presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), dijo a Efe que el campeonato que inicia este martes en su país está «completamente desligado» del patrocinio del Gobierno de Nicolás Maduro y pidió a EE.UU. que permita a sus peloteros jugar en Venezuela.
Palmisano, quien se encuentra en Estados Unidos para «mostrar quiénes somos», recordó que la liga es una entidad privada y apolítica que «necesita seguir subsistiendo» porque de ella dependen 40.000 familias que viven del béisbol en Venezuela.
En ese sentido, Palmisano aclaró este martes en una entrevista con Efe en Miami que el bloqueo decretado en agosto pasado por el presidente Donald Trump contra bienes asociados al gobierno de Maduro no incluye a la LVBP, que realiza este año su edición 75.
«En ningún momento la LVBP ha sido sancionada, ni señalada» por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense como parte de esa sanción, manifestó Palmisano.
Según el dirigente deportivo, la Liga Mayor de Béisbol (MLB) de EE.UU. «de buena fe» buscó una aclaración de la OFAC «que los protegiera de cualquier problema» y ante la falta de un pronunciamiento de esta agencia federal «rompió parcialmente las relaciones» con la LVBP por «precaución».
«Si no estamos sancionados y no tenemos relación comercial con el gobierno (de Venezuela) y nos hemos desprendido de patrocinios de años anteriores, debemos entonces estar alineados con la MLB y recuperar nuestro orden jurídico», indicó.
Explicó que de 15 millones de dólares que tienen habitualmente cada año para todos los equipos del circuito rehusaron esta temporada los 9 millones de dólares que aportó en los últimos años la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el Banco Nacional de Desarrollo de Venezuela (Bandes).
Aclaró que ese patrocinio lo recibieron de empresas oficiales cuando estas no estaban sancionadas por EE.UU.
Palmisano, quien reemplazó en septiembre pasado a Juan José Ávila, quien renunció al cargo, indicó que este recorte hizo estragos en el campeonato 2019-2020, que fue reducido en tiempo y partidos, pero su intención es no dejarlo «morir».
El torneo, que suele comenzar el 15 de octubre y terminar en enero, comienza hoy 5 de noviembre con una reducción de más del 40 % de sus gastos, que se nota en menos partidos por equipo, que pasaron de 63 a 42.
De igual forma, la contratación de peloteros que en promedio era de 10.000 dólares por jugador bajó a 5.000 y 3.000 dólares.
Esto se suma además a la pérdida de prestigio por la ausencia de peloteros de diferentes países que pertenecen a las ligas mayores y menores estadounidenses fuera y dentro de ese país, de «un potencial de 800» jugadores que «hacen vida en el circuito venezolano».
«Obviamente no tenemos la calidad de otros años porque no contamos con la vistosidad de un campeonato donde estén jugadores adscritos a la MLB, eso no se puede ocultar, pero es mejor tener algo que no tener nada».
Sin embargo, señaló que en los ocho equipos que juegan están ofreciendo unos jóvenes que vienen en ascenso, jugadores de ligas independientes y de otros países como República Dominicana y México, que van a «reforzar ese vacío que hay».
Señaló que hay incluso peloteros que ya no están adscritos a la MLB que tendrán una vitrina en Venezuela en su deseo de volver a esta liga americana.
Palmisano hizo un llamado a no dejar desaparecer la liga, que promueve a muchos jóvenes que sueñan con ser profesionales y lamentó que con el tiempo puede empezar a perder también patrocinio privado y las taquillas debido a estas sanciones.
Bloqueos
El pasado de agosto el presidente Trump decretó que «todos los bienes e intereses en bienes del Gobierno de Venezuela que se encuentran en EE.UU. quedan bloqueados y no se pueden transferir, pagar, exportar, retirar o negociar con ellos de otra manera».
«No existe una relación comercial con el Gobierno venezolano» tras estas sanciones de EE.UU., recalcó Palmisano.
Aclaró que hay aspectos en los que no pueden desvincularse del gobierno de Maduro como el pago de impuestos y el comodato con los estadios, que pertenecen al Estado.
«No estamos haciendo nada malo, estamos fomentando un deporte que es apolítico, que no tiene necesidad de estar en esta situación», expresó el directivo deportivo. EFE