El domingo es el ‘Día D’: el atletismo vivirá la prueba reina, los 100 metros, para coronar al hombre más rápido del planeta. El estadounidense Noah Lyles parte como favorito, pero la batalla parece abierta.
Lyles nunca ha sido campeón olímpico. En Tokio tuvo que conformarse con un bronce en su prueba de referencia, los 200 metros, pero en el pasado Mundial de Budapest, el año pasado, se convirtió en el héroe con tres oros (100, 200 y 4×100 metros).
Fueron precisamente los mismos con los que solía irse Usain Bolt de las grandes competiciones en sus mejores años, lo cual puso a Lyles inevitable en la ‘pole position’ rumbo a París.
«Para que pierda esta vez los otros tendrían que ser mucho mejores. Pero sinceramente, cuando Noah Lyles está ahí…», retó el atleta floridense de 26 años el lunes en la capital francesa.
El ‘showman’ del atletismo, adicto a captar la atención de las cámaras y que se siente cómodo en el papel protagonista, tuvo una primera toma de contacto discreta este sábado con el tartán del Estadio de Francia, en las series de los 100 metros, donde se clasificó como segundo de la suya.
«Intentaba no gastar demasiados cartuchos en las series, no hacer demasiado», contó Lyles a su paso por la zona mixta. «Pero ha sido más duro de lo previsto, los competidores se han entregado al máximo, tenía que haberlo previsto porque esto son los Juegos Olímpicos», admitió.
Dos décadas de espera
Lyles entró en las semifinales del domingo, que tendrán lugar poco antes de la final, con el peor crono del trío de representantes del ‘Team USA’, con 10.04. Sus compañeros Kenny Bednarek y Fred Kerley, ambos con 9.97, fueron los autores del mejor registro de la ronda.
La misión para todos ellos el domingo será una victoria que ponga además fin a veinte años sin oro del esprint estadounidense, siempre temible, en los 100 metros masculinos de unos Juegos Olímpicos.
El último representante del país en conseguirlo fue Justin Gatlin en Atenas-2004. Una figura controvertida porque había sido suspendido un año en 2001 por un positivo, antes de una nueva suspensión de cuatro años (2006-2010).
¿Un nuevo ‘Rayo’ jamaicano?
Jamaica, la isla especialista en la producción en serie de grandes velocistas, es la otra gran candidata a lo máximo en la prueba.
El hombre más rápido de lo que va de temporada es de allí, Kishane Thompson, con el 9.77 que corrió a finales de junio en el estadio Nacional de Kingston. Lyles llega a París, con el tercer mejor crono de la temporada (9.81), superando incluso también por el keniano Ferdinand Omanyala (9.79), segundo de la ‘top list’ del curso.
El trío de jamaicanos se completa con Oblique Seville y Ackeem Blake, ambos clasificados también para semifinales.
Sin víctimas ilustres en la primera ronda de este sábado, otros nombres con opciones de medalla como el canadiense Andre De Grasse, el británico Zharnel Hughes o el botsuano Letsile Tebogo también sueñan con subirse al podio.
La incógnita Jacobs
Un caso aparte es el del italiano Marcell Jacobs, el hombre que hace tres años dejó al mundo con la boca abierta al ganar los 100 metros en los Juegos de Tokio, cuando casi nadie le esperaba y unos días antes de colgarse un segundo oro, guiando a la victoria al relevo 4×100 de su país.
Jacobs desapareció luego de los radares, en gran medida frenado por problemas físicos. Renunció en semifinales del Mundial de Eugene en 2022 por una lesión y el año pasado no se clasificó a la final en el Mundial de Budapest.
Cambió de entrenador y este 2024 parece marcar su resurrección. Firmó sus mejores tiempos desde la final olímpica en Japón y revalidó el título europeo.
Sin embargo, sus opciones el domingo son una incógnita ante la durísima competencia. El sábado, Jacobs fue segundo de su serie (10.05) y no quedó del todo satisfecho, aunque en los últimos días ya había advertido de su ambición.
«Soy el campeón olímpico y quiero ganar otra vez», advirtió este mismo miércoles. AFP