El inmortal ex campocorto zuliano que mostró desde niños aptitudes para el deporte, le da una vuelta más al calendario
Luis Aparicio, hasta ahora único venezolano con un nicho en el Salón de la Fama de Cooperstown, está cumpliendo 90 años este lunes, una edad que lo sigue consagrando como uno de los más ilustres personajes que ha pasado por el mejor béisbol; un verdadero ícono nacido en el país y que ha sido fuente de inspiración, junto a otros antes y después de él, no sólo de generaciones de campocortos, sino de muchos peloteros venezolanos.
El pequeño Luis vio la luz del mundo en Santa Lucía (estado Zulia) el 29 de abril de 1934, sus padres fueron Herminia Montiel y Luis Aparicio Ortega “El Grande”, que fue el primer venezolano en jugar en el exterior y también tiene en sus registros haber conectado el primer hit en la historia de la LVBP.
Desde niño, Luis mostró aptitudes para el deporte, aunque no fue el béisbol la primera disciplina en su vida, sino el fútbol. Destacaba su velocidad, misma que décadas después le daría una fama inconmensurable en el béisbol profesional, a tal punto que ese aspecto de su juego resalta en su placa del templo de los inmortales.
Desde niño desarrolló disciplina
A Luis no le gustaba estudiar, pero de sus andanzas por el mundo académico aprendió una cosa: La disciplina, fundamental en su vida tanto dentro como fuera del terreno. La pelota siempre la llevó en la sangre, de joven ya era admirado por su destreza para desenvolverse en el terreno. Sus profesores le preguntaban en los recesos si se iba a jugar pelota. Lo veían por ser hijo de “El Grande”, pero lo cierto es que ya se estaba haciendo de un nombre.
Cabe destacar que, Luis Aparicio se curtió como beisbolista amateur, jugó en varios clubes de su natal estado Zulia, incluso con Cardenales de Carora; con Don Antonio Herrera Gutiérrez siendo propietario del equipo, y actuó en la Serie Mundial Amateur en 1953, dirigido por José Antonio Casanova.
Un buen día el profesionalismo tocó la puerta. “Yo estaba en Carora. Llegó tío Ernesto (Aparicio), con Rómulo López y Valerio Rincón Fuenmayor – estos últimos directivos de Gavilanes -”, cuenta Don Luis a través de su biografía escrita por Augusto Cárdenas. “Estaba comiéndome unas empanadas en una casa que Don Antonio nos alquiló a los peloteros y hasta allí fueron a buscarme”.
Tomó finalmente la decisión, a los 19 años, de dar el salto al profesionalismo. Su mamá al principio se opuso porque implicaba dejar los estudios y su papá se limitó a decir: “Si vas a ser un jugador profesional no seas nunca el segundo de nadie. Sé siempre el mejor”.
Cumplió a cabalidad la máxima de ser el mejor
Y bueno, todos conocemos el resto de la historia, Luis Aparicio debutó con Gavilanes, llegó hasta Grandes Ligas, reavivó el robo de base; al punto de ganar nueve títulos seguidos de estafadas de 1956 a 1964. Casey Stengel llegó a decir: “Denle base por bolas a Luis Aparicio y es casi seguro que la convertirá en doble. Al siguiente pitcheo estará en segunda”. Esa es una prueba fehaciente del impacto que tuvo el venezolano en MLB gracias a su velocidad.
Fue el Novato del Año de la Liga Americana, ayudó a los Medias Blancas a llegar a la Serie Mundial en 1959 (la primera de la franquicia en 40 años), ganó su primer anillo con los Orioles en 1966, fue convocado a 13 juegos de estrellas y se adueñó de nueve guantes de oro.
Se retiró siendo el campocorto con más juegos (2.709), dobleplays (1.553) y asistencias (8.016). Dichos récords ya fueron superados, los dos primeros por Omar Vizquel y el último por Ozzie Smith. De hecho, “El Mago de Oz” (8.375) y Luis Aparicio son los únicos torpederos con más de ocho mil asistencias. Y para colmo, el venezolano con más hits (2.677), hasta que fue superado por Omar Vizquel (2.877) y eventualmente Miguel Cabrera (3.174).
La máxima de ser primero en todo la cumplió a cabalidad, sus marcas las superaron; algo lógico por el paso de los años y la llegada de peloteros con grandes habilidades, pero Don Luis siempre tendrá la satisfacción de haber sido pionero, el mejor en muchos renglones, nunca el segundo de nadie.
En 18 temporadas dejó:
- AVG; .262
- Hits: 2.677 (3° entre los criollos)
- 2B: 394
- 3B: 92 (1° entre los criollos)
- HR: 83
- CI: 791
- BR: 506
- Novato del Año L.A. (1956)
- Un título de Serie Mundial (1966)
- 13 juegos de estrellas
- 9 guantes de oro
Fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown en 1984, en su sexto año de elegibilidad al recibir el 84.6% de los votos y siendo entronizado junto a Harmon Killebrew y Don Drysdale. Al Salón de la Fama del béisbol venezolano y zuliano entró en las primeras clases de ambos pabellones en 2003 y 2018 respectivamente. Coincidencialmente, fue elevado a ambos templos junto a José Antonio Casanova, Víctor Davalillo y José de la Trinidad “Carrao” Bracho.