El inglés suma su cuarta victoria consecutiva, la sexta del año en 8 carreras.
No tiene rival. Y de seguir así, no parece que nadie pueda arrebatarle el que sería su sexto título mundial de F1. Lewis Hamilton ganó este domingo de forma plácida el GP de Francia de 2019. Sin oposición. Ni siquiera la de su compañero Bottas, que empezaba el fin de semana asegurando que no tiraba la toalla en la batalla por el título. Pero si la de hoy es su forma de intentar hacerle daño al vigente campeón, pronto deberá despertar de su sueño, y es que en cuanto el británico se ha puesto en serio, no ha habido pelea. Sexto triunfo en 8 carreras para Lewis este curso, el cuarto consecutivo y su victoria número 79 en el Mundial de F1, acercándose cada vez más a velocidad de crucero al récord histórico de las 91 de Michael Schumacher.
La única esperanza este domingo de que algo pasara en cabeza era que Leclerc removiera un poco las cosas en la salida, pero ni así. Valtteri sí cumplió en ese momento su función de escudero defendiendo el sexto doblete de Mercedes del año y su segunda plaza. Freno perfecto para beneficiar a un Lewis que se dirigió hacia la gloria tan solo teniendo que pelear con el calor. Estaba solo contra sí mismo y ganó a ritmo de parciales pintados de morado al inicio con los que rápidamente dejó al finlandés a un mundo en pocas vueltas. Y al final, incluso pudo permitirse el lujo de tirar al máximo para ir a por una vuelta rápida que se le escapó por tan solo 24 milésimas. Se quejaba de ampollas en los neumáticos y algo roto en su asiento. Pero nada de eso. Solo formaba parte de su ‘show’. Y es que cuando no hay nadie con el que pelear, con algo tenía que entretenerse.
Bottas sufre al final ante Leclerc
A partir de ahí, nada de acción hasta el último giro. La superioridad de Mercedes sobre Ferrari y el resto es tal que el espectáculo en las primeras posiciones simplemente no existió. Lewis, que venía de lucir sus ya famosos looks extravagantes en la París Fashion Week, desfiló sobre la ‘pasarela’ de Paul Ricard con paso firme, liderando un auténtico desfile, o más bien procesión, de la parte delantera. Leclerc lo intentó en el último giro por los problemas de neumáticos de Bottas, pero el finlandés pudo salvar su plaza también en el desenlace.
Vettel, tímida remontada
En la zona media, las cosas fueron muy distintas ya que ahí sí hay igualdad. Sí hubo más movimiento. Lo aportó Carlos Sainz de inicio y una tímida remontada de Vettel al inicio colocándose quinto pasando a los McLaren rápidamente. Sin embargo, el alemán nunca tuvo opción de superar a Verstappen para hacerse con la cuarta plaza.
Con todo el pescado ya vendido, la única emoción final fue la lucha por la vuelta rápida, en manos de Bottas durante gran parte de la carrera. Lo intentó Vettel parando a falta de dos giros. Tenía una carta y lo logró cruzando la meta final con un 1’3”740 con el que se adjudicó un punto extra con el que conformarse.
Carlos Sainz muestra su hegemonía en McLaren
El ‘chili’ fue uno de los pocos en ponerle picante al guiso francés con una magnífica salida. Arrancaba sexto tras Lando Norris, pero pasó a su compañero por fuera e incluso puso su morro por delante del Red Bull de Max Verstappen. No obstante, el madrileño tuvo que levantar el pie al encontrarse en su trazada a Leclerc, lo que dio alas a un Max al que Carlos todavía pondría en dificultades. No bajó la cabeza y se volvió a pegar a la parte trasera del coche del neerlandés, que cerró todas las puertas al español en la primera vuelta antes de escaparse.
A partir de ahí, Carlos Sainz tuvo que dar un golpe sobre la mesa dentro de su equipo y dejar las cosas claras. Lando Norris, muy cerca, se quejaba por radio de que estaba destrozando los neumáticos tras la estela del madrileño. “Tienes que ir 3 décimas más rápido”, le dijeron a Carlos desde el muro. Presión ante la que Sainz respondió mejorando en 5 décimas en ese mismo giro. Más tarde, parecida situación. Le pidieron un 1’35”8 y Carlos les dio un crono una décima mejor. 1’35”7 para dejar claras las cosas e imponer su hegemonía en el equipo. El ex de Toro Rosso y Renault no iba a dejar escapar una sexta plaza que se ganó a pulso con un gran arranque y su gestión de neumáticos. Y así lo hizo. Todavía le demandaron un arreón final. Y el español, que tenía mucho más guardado, no defraudó con un cambio de ritmo con el que rodaba en tiempos de Verstappen.
El único peligro para McLaren era un Ricciardo que venía encendido por detrás, en la octava posición tras una buena remontada. Alcanzó a Norris en la última vuelta junto al tren que lideraba ante Raikkonen y Hülkenberg. Con problemas de hidráulicos, Lando tuvo que ver como perdía una gran séptima plaza y finalizaba en la décima. reseña mundo deportivo