El día 22 de julio de 2020 estaba destinado a ser un día de fiesta para el Liverpool. Los de Klopp levantaron el trofeo de la tan ansiada Premier League, 30 años después. Antes de hacerlo, se dieron un festín a costa del Chelsea, que realizó un partido nefasto en defensa y dejó para la última jornada los deberes de clasificarse para la Champions.
El Chelsea tenía en juego el pase a la Champions y se notó en los primeros instantes de partido. Salieron mejor plantados los de Lampard, que llevaron el peso del partido. Control de balón que en el minuto 15 se convirtió en la primera ocasión del partido. James se prolongó al ataque ante la pasividad de la defensa red, acabó disparando desde fuera del área con peligro, y su disparo pasó rosando el larguero. Pero fue un espejismo.
A partir de ese minuto el partido cambió, y fue el campeón de la Premier el que golpeó primero, y lo hizo hasta en tres ocasiones. Un fallo en la salida de balón del Chelsea provocó la recuperación de Keita en tres cuartos de campo. El guineano no se lo pensó, disparó un obús, y el balón acabó en la escuadra izquierda de la portería de Kepa, ante el que nada pudo hacer el portero español. El Pool comenzó a generar cada vez más peligro, ante un Chelsea al que cada vez le costaba más salir. Comenzaba a olerse el segundo, y en el 37′, Alexander-Arnold lo confirmó. Una genialidad del lateral derecho, internacional con los three lions. Un libre directo, a unos 35 metros de la portería de Kepa, que el inglés ejecutó con maestría por encima de la barrera, y acabó clavándose por la escuadra izquierda de la portería blue.
Pero este no sería el último golpe de los de Klopp en la primera mitad. Un fallo en el despeje de un córner botado por Alexander-Arnold permitió que le cayera la el balón franco dentro del área a Wijnaldum. Caramelo que no desperdició el holandés para hacer el tercero. Sin embargo, en el descuento, cuando la primera mitad ya agonizaba, Mount puso un centro que remató Willian y obligó a la intervención de Alisson. Pero el rechazo acabó en botas de Giroud, que anotó el tanto de la esperanza para los de Lampard.
La segunda mitad comenzó con el Liverpool buscando el cuarto. En el 50′, tras una genial pared con Firmino, Salah se plantó solo ante Kepa, pero su definición no fue nada nueva. Fue la antesala del cuarto de los reds, y cuatro minutos después, un centro teledirigido de Alexander-Arnold, el hombre del partido, lo remató con la cabeza Firmino al fondo de la red. 4-1 y el partido prácticamente sentenciado.
Pero el Chelsea tiro de casta, Lampard dió entrada a Pulisic y Abraham, y entre ambos fabricaron el 4-2 que les daba algo de vida. Jugadón del estadounidense por la banda izquierda, yéndose de cuatro, y asistiendo a Abraham que solo tuvo que empujarla. Pulisic se empeñó en que el Chelsea confirmara matemáticamente su pase a la Champions 2020-21. Y en el minuto 72, metió definitivamente a los londinenses en el partido con un golazo. Un balón largo, en el que fallaron Gomez y Van Dijk, acabó en las botas de James. El lateral puso un balón dentro del área que bajó Pulisic con el pecho, y a la media vuelta definió con disparo a la escuadra. Quedaban poco más de 15 minutos y el Chelsea estaba a un gol de conseguir su objetivo. Pero en el 84′, una contra ‘made in Klopp’ acabó sepultando al Chelsea. Roberson cabalgó por la izquierda y puso un balón de gol a Oxlade-Chamberlain que no falló. 5-3, partido resuelto y fiestón en Anfield.
Sigue el pique Liverpool-Chelsea
El 27 de abril, la cuenta oficial del Chelsea a Twitter se burló del resbalón de Gerrard con motivo del aniversario de dicha acción, algo que escoció mucho a la afición del Liverpool. Pero es que el pique se trasladó al campo durante el partido de hoy, personificado en Klopp y Lampard. Ambos técnicos discutieron durante el partido tras una falta pitada a favor de los reds. Habrá que estar atentos a los próximos partidos entre ambos equipos para ver si continúa esta tónica o, por el contrario, se calman las aguas.