FC Barcelona se mete en la final de la Supercopa de España

FC Barcelona se mete en la final de la Supercopa de España al derrotar en tanda de penaltis al Real Betis (2-2) 2-4.

El Barcelona se deja remontar dos veces por el Betis, pero se clasifica en los penaltis para la final de la Supercopa del domingo gracias a una fabulosa actuación de Ter Stegen y un golazo de Ansu en la prórroga.

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Habrá Clásico en la final de la Supercopa el domingo gracias a la reaparición estelar de Ansu Fati y a un Ter Stegen estelar a lo largo del partido y en a tanda de penaltis a la que se llegó después de que el Barça, de nuevo, se dejara remontar dos veces por un Betis en precario. Sufrió de nuevo sangre el Barça para sacar adelante un partido en el que se encomendó a San Marc-André para salvar a un equipo en el que Lewandowski y Ansu adelantaron a un conjunto culé que no supo liquidar a un Betis mermado, pero muy competitivo.

Xavi decidió salir a jugarse el pase a la final con dos extremos para alimentar a Lewandowski y sin Busquets, reservado en su partido 700. Pellegrini, por su parte, se vio privado de inicio de William Carvalho, con molestias y el inicio de la obra fue completamente blaugrana.

Fiel al guión de los últimos partidos, el Barcelona se hizo con las riendas del encuentro desde el inicio. Robando en campo rival y acaparando el control de la pelota, pero el guión, no por conocido dejó de sorprender. El Barcelona acabó perdonando demasiado y Ter Stegen erigiéndose en un héroe.

Pero no adelantemos acontecimientos. El Barça jugó los primeros 25 minutos como para adelantarse en el marcador, pero a Lewandowski se le notó la falta de rodaje. Dos remates intentados de tacón al estilo partido de liga de empresas fueron el rompeolas donde se desmoronaba la producción ofensiva que llegaba de parte de Dembélé y de Pedri.

Fue precisamente el canario el que pudo desequilibrar el partido tras cazar desde segunda linea un centro de Raphinha ante el que Bravo anduvo muy blandito. El gol que ponía el partido de cara al Barcelona lo anulo el VAR semiautomático por un fuera de juego milimétrico del extremo brasileño.

A partir de ahí, el Barcelona empezó a diluirse como acostumbra a pasar y el Betis, que ni había olido la pelota empezó a acosar al equipo blaugrana, que se mantuvo gracias a Araújo, que le salvó la vida a su equipo tras un error monumental de Koundé en la salida de balón y a Ter Stegen, que resolvió de manera sensacional un remate de Pezella a la salida de un córner.

Cuando peor lo estaba pasando el Barcelona, una gran salida de balón de Pedri habilitó a Dembélé que asistió a Lewandowski, que falló en primera instancia, pero tuvo la suerte de que el rebote del balón le favoreciera y marcara en el descabello.

El gol podía tranquilizar al Barça, pero el equipo blaugrana sigue casado con la intriga y Ter Stegen, al filo de la media parte tuvo que aparecer con un doble paradón para evitar el empate.

La conclusión en la primera parte era la de siempre: mejor el Barça, pero sin concretar ocasiones y dejando que el rival, con muy poco, siembre el terror en el área rival, que se volvía a encomendar a San Ter Stegen.

El Barça pedía a gritos la entrada de Busquets, pero el primero en mover ficha fue Pellegrini, que dio entrada a Carvalho (previsible) por Canales (sorpresa).

El partido no cambió de decorado en la reanudación. Esto es que ni el Barça se hacía con el mando ni el Betis daba sustos. Al cuarto de hora Xavi decidió mover el árbol y sacó a Busquets y Ferran retirando de manera sorprendente, probablemente con molestias, a Dembélé y a Frenkie de Jong.

Incluso con los cambios, parecía que el partido discurría según los intereses del Barça, cuyo principal interés era que no pasara nada más que el tiempo. Pero con el riesgo de que en esto del fútbol, nunca pasa nada hasta que pasa. Y cuando las cosas pasan en el tramo final, luego todo son prisas.

Y dicho y hecho. A los 76 minutos el Betis se plantó en el área blaugrana después de un recital de pérdidas de balón de Ferran Torres en todas las partes del campo y con un Barça con el culo de sus defensas instalado en la cara de Ter Stegen el Betis tuvo espacio y pausa para tocar tres veces el balón en el área culé (tocarla incluso mal) hasta que Fekir fusiló a Ter Stegen y empató el encuentro.

El Barça dio la impresión de reaccionar de inmediato con un gol de Lewandowski tras una revolera de genio de Ferran Torres que hizo parar máquinas en todas las redacciones del planeta. Pero la jugada partió de fuera de juego (semiautomático, obviamente). El Partido apestaba a prórroga si nadie, como hizo Ter Stegen a chut de Miranda, no lo evitaba.

Nada más iniciarse la prórroga, el guión habitual volvió a repetirse: Para los que se han perdido: El Barça salió mejor, se adelantó con un golazo de volea de Ansu Fati que parecía allanar el camino del Barça a la final, pero la cantada en defensa del equipo catalán no tardó en aparecer y el despiste de Marcos Alonso se unió a la genialidad de Loren, que marcó de taconazo ante a oposición de Araújo.

El marcador ya no se movió hasta la tanda de penaltis a la que se llegó con un Luiz Henrique cojo, un Barça agarrotado y un Betis que acabó con diez por expulsión de Guardado, que afectaba más a la tanda que a lo que quedaba por jugar. Se notó. Habrá Clásico. Gracias a Ter Stegen.