El Barcelona, con un gol de Dembélé en el minuto 90, se coloca a un punto del Atlético. Se le escapaban dos puntos al Barça… pero apareció el ‘mosquito’.
La visita del Valladolid al Camp Nou parecía a título de inventario. Noventa minutitos sin complicaciones y a otra cosa. Se daban por descontado los tres puntos. El Barça llegaba en racha, el pinchazo del Atlético en Sevilla les dejaba en condiciones de ganar la Liga sin depender de nadie, el rival, de la zona baja, llegaba muy mermado de efectivos… En definitiva, uno de esos partidos en los que las casas de apuestas apenas pagan por la victoria local. Era un triunfo sí o sí.
Sin embargo, el Barça despachó una primera parte muy pobre, aunque mejorara algo en la segunda. Quizás faltó motivación o sobró un exceso de confianza. Sin chispa, sin ritmo, sin velocidad en la circulación del balón… el caso es que el Valladolid no sólo vivía muy cómodo en el campo, sino que además se presentó en el área de Ter Stegen en esos primeros 45 minutos más veces de las que podían preverse antes del partido.
De hecho, Kodro remató de cabeza al larguero en el minuto 9 dando un aviso de lo que podía suceder. El paso de los minutos no mejoraba ni mucho menos el juego azulgrana. Koeman hacía cada vez más aspavientos en la banda muy disconforme con el trabajo de sus muchachos. Sergio, por el contrario, veía cómo los suyos estaban trabajando a la perfección. Roque Mesa dispuso en apenas dos minutos de sendos disparos desde la frontal que hicieron contener la respiración a los locales.
Parecía que los jugadores del Barça pensaban que el partido caería de su lado por su propio peso y que al final la calidad se impondría. Desde luego, la actitud culé no era la más apropiada por mucho que el Valladolid hubiera llegado al Camp Nou con un parte de bajas terrible y con declaraciones previas poco menos que dándose por muerto.
Es cierto, lo que es el fútbol, que el Barça pudo irse al intermedio por delante en el marcador. Apenas había tenido una ocasión, al filo del cuarto de hora, en una falta al borde del área, que con Messi en el campo ya se sabe que multiplica por dos el posible peligro. Pero nada más. Sin embargo, en los últimos cinco minutos los de Koeman se acercaron dos veces con ganas de abrir el marcador. Sobre todo la segunda de ellas, en la que un tiro de Pedri desde fuera del área lo despejó Masip con agilidad mandando el balón al palo y recogiéndolo después antes de que llegara Messi para remachar. No hubiera sido justo, pero ya se sabe que el fútbol no entiende de eso.
En la segunda parte cambió el decorado, como no podía ser otra forma. De entrada, Koeman modificó el sistema de juego, pasando de los tres centrales a los cuatro centrocampistas, con De Jong ahora en su posición más natural. El Valladolid cedió metros y el monólogo azulgrana era cada vez más evidente. Cierto es que los castellanos querían en cuanto podían amagar con contras. De hecho, Olaza la tuvo en el minuto 57 con un disparo que se fue fuera por poco. Era otro aviso al Barça de que si quería ponerse a sólo un punto del líder iba a tener que ganárselo. Los de Sergio no habían venido al Camp Nou de paseo. Ni mucho menos.
La paciencia de Koeman duró hasta el minuto 63. Un triple cambio para agitar el árbol y dar otro aire al equipo. Araujo, Trincao y Braithwaite al césped. Justo en ese momento, una mano de Jordi Alba dentro del área provocó la unánime protesta de los pucelanos. El VAR no quiso esta vez pitar el penalti que otras veces sí se ha decretado durante la competición. Ya se sabe, con el tema de las manos no nos vamos a poner de acuerdo por mucho que nos lo expliquen…
Entre unas cosas y otras, el partido se abrió. Quizás era lo que necesitaba el Barça para imponer su calidad, pero Masip se encargaba de echar el cerrojo en su portería cada vez que le ponían a prueba. Los minutos seguían pasando, el marcador no se movía y lo que era una victoria segura ya empezaba a no estar tan clara.
Jaime Latre volvió a echar una mano al Barça en el minuto 79, sacando una roja directa a Óscar Plano que era amarilla de manual. Cortó un contragolpe de Dembélé con la típica entrada en la que se saca amarilla y marchando, pero el árbitro tiró de la regla no escrita de que ante la duda, a favor del grande.
El Barça tenía diez minutos en superioridad para decantar el duelo. Y lo hizo en el minuto 90, aprovechando Dembélé un balón suelto para batir a Masip. No lo mereció, pero ya lo hemos dicho. El fútbol no entiende de justicia.
¡Así queda la clasificación por la parte alta tras la victoria azulgrana!
PT | PJ | PG | PE | PP | |
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1
Atlético de Madrid
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66 | 29 | 20 | 6 | 3 |
2
FC Barcelona
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65 | 29 | 20 | 5 | 4 |
3
Real Madrid
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63 | 29 | 19 | 6 | 4 |
4
Sevilla
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58 | 29 | 18 | 4 | 7 |
5
Real Betis
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46 | 29 | 14 | 4 | 11 |