El primer round en cuatro días que disputarán Sevilla y Barcelona se lo llevó por K.O. técnico el cuadro catalán. Los de Koeman llaman a la puerta de LaLiga y se colocan a dos puntos de un Atlético que mañana tiene una difícil salida a Villarreal. El Sevilla rompe su racha de seis victorias seguidas y pierde la opción de asaltar la tercera plaza y luchar por el título. Ahora queda la pelea copera del miércoles en el Camp Nou donde ambos se jugarán estar en la final de Copa con una buena ventaja para los de Lopetegui. El 2-0 de la ida les da mucha ventaja, pero este Barça está con ganas de más y es muy peligroso.
Koeman tenía la ida de la semifinal muy reciente y cambió su sistema para plantar cara al Sevilla. Sacrificó a Griezmann y jugó con tres centrales y dos carrileros adelantados para intentar sorprender a un rival que le quería quitar la tercera plaza y muchas opciones de luchar por LaLiga. Lopetegui prefirió apostar por De Jong en punta en lugar de En-Nesyri y Munir fue titular por Suso, con molestias durante la semana. El partido arrancó con mucho miedo por ambas partes. El que marcara primero iba a tener mucho ganado y no era plan de arriesgar más de lo debido. Al punto de que el primer remate a puerta fue un disparo flojo de Dembélé. El francés estaba muy activo y se le veía con muchas ganas al punto de que se fue un par de veces de Koundé, algo muy complicado. Y fue el 11 azulgrana quien abrió el partido al aprovechar un pase en profundidad de Messi y batir de zurda a Bono. Un gol que acababa con la racha de imbatilidad del meta marroquí en Liga que se quedó en 557 minutos.
Al Sevilla le costaba mucho acercarse al área de Ter Stegen. Tras el gol lo intentó, pero no creaba peligro. Quien rondaba más el gol era el Barça saliendo rápido a la contra. Lopetegui fue amonestado por pedir la segunda amarilla a Messi en una falta sobre Koundé. El argentino había visto otra tarjeta -que no era- sólo un minuto antes y que Leo pudiera ser expulsado sobreexcitó a los sevillistas en sus protestas. Con esta polémica se llegó al descanso de una primera parte en la que fueron mejores los de Koeman.
Lopetegui hizo un triple cambio y modificó su sistema tras el descanso. Algo normal viendo su floja primera parte. Salieron Rekik, Suso y En-Nesyri y pasó a jugar también con defensa de tres buscando ser más ofensivo. Un disparo flojo de Navas en el 51′ fue la primera llegada sevillista. Pero la apertura de líneas del cuadro local también propiciaba peligrosas contras del Barça y en una de ellas Jordi Alba estuvo cerca del 0-2. El Barcelona seguía mejor sobre el campo y Dest se topó con el poste al filo de la hora de juego. Messi también tuvo su opción en una dejada de Dembélé pero su remate se fue alto.
Óscar Rodríguez y Óliver Torres salieron a falta de media hora y ello provocó otro ajuste de líneas de Lopetegui al ser De Jong uno de los sustituidos. El primer movimiento de Koeman fue una noticia positiva al reaparecer Araujo tras su lesión y sustituir a un Piqué que se había tocado la rodilla en varias fases del partido y no era cuestión de arriesgar. Pero esta campaña el Barcelona pasa de la alegría a la tristeza en un segundo y de la vuelta de Araujo se pasó a la lesión de Pedri, que tuvo que dejar el terreno con molestias en el tobillo. Y, para colmo, recaída del uruguayo a los 13 minutos de reaparecer. El Sevilla veía que se le iba el partido y en los últimos 10 minutos empezó a apretar más, pero fue Messi quien sentenció con un doble remate ante Bono en el 86′.
El Barcelona fue mejor y logró una victoria de prestigio que le permite aspirar a LaLiga y le da confianza para lo que queda. Y lo primero es intentar remontar el 2-0 de Copa en un partido que tiene pinta de no parecerse en nada a este. Un gol del Sevilla en el Camp Nou obligaría al Barça a meter cuatro goles. Pero esa es otra historia.