La 115ª edición de la rivalidad más antigua del fútbol de selecciones -se enfrentaron por vez primera el 30 de noviembre de 1872- no pasará a la historia. Al menos, por vistosa. «Mucha fiesta, cero fútbol», podría ser el resumen del ‘derbi’ disputado por Inglaterra y Escocia (0-0) en Wembley.
La ‘Tartan Army’ prometió guerra… y la hubo. «No hay un partido más grande que estos. Quiero ganar a Inglaterra desesperadamente», aseguró Steve Clarke en la previa. La entrada de Tierney, Ché Adams, Gilmour y McGregor le sentó bien a Escocia, que venía de perder con la República Checa (0-2).
Southgate respetó el bloque. Sólo dio descanso a los laterales. James y Shaw entraron por Walker y Trippier. A Inglaterra, sin embargo, le costó arrancar. Se vio ‘superior’ técnicamente y cuando quiso meterle una marcha más al partido no hubo manera.
Las mejores ocasiones, podría decirse, las tuvo Escocia. La primera, a los 4′. Stones tuvo que rechazar en boca de gol un tiro de Ché Adams. El ‘9’ del Southampton, que en su día fue internacional con los ‘three lions’ fue una pesadilla constante para la zaga inglesa.
Eso sí, ningún balón estuvo tan cerca de entrar como un cabezazo de Stones tras un córner que sirvió Mount a los 11′ y se estrelló en el poste. Hasta el descanso, nada más que reseñar. Las oportunidades más claras cayeron en las botas de Foden (18′) y Kane (29′), pero no valían. Estaban en fuera de juego.
Aún así, preocupa el mal momento del ‘9’, que ha pedido salir del Tottenham. Se proclamó Pichichi y máximo asistente de la Premier, pero con Inglaterra está en crisis: sólo ha marcado en dos de los últimos 11 partidos.
Mientras tanto, Escocia, bien replegada, trataba de salir rápido por izquierda con Robertson y Tierney. Lo logró a los 30′, cuando O’Donnell empalmó un gran centro de Tierney obligando a hacer una gran parada a Pickford. Fue lo mejor del partido.
La segunda parte se resume rápido. Una ocasión por ‘barba’. Mount probó a Marshall con un disparo desde la frontal en el 55′ y James sacó bajo palos un disparo de Dykes en el 62′. No quedó claro si iba fuera… o a la escuadra, pero mejor meter la cabeza, por si acaso.
El partido se diluyó, poco a poco, entre faltas e interrupciones. Southgate trató de ‘desatascarlo’ con la entrada de Grealish en el 63′. El ’10’ del Villa salió a falta recibida por minuto. Tan mal lo veía Inglaterra que retiró a Kane en el 74′ para dar entrada a Rashford. Dio igual. No hubo manera.
El ‘clásico’ murió en una ‘melé’ en el área escocesa que resolvió McGinn con un ‘pelotazo’ al arco de Wembley. Recordó al ‘Seis Naciones’. El empate deja a Inglaterra con un pie en octavos, pero el ‘ganador’, al menos en lo anímico, fue Escocia. La grada enloqueció obligando a dar media vuelta de honor a sus héroes. Habían rascado un punto ante el ‘Auld Enemy’.