Gales tiene un pie y parte del otro en los octavos de final de la Eurocopa después de ganar a Turquía por 0-2 gracias, en gran medida, a sus dos figuras: Ramsey y Bale. El primero tuvo varias ocasiones claras antes de abrir el marcador y el segundo dio un recital con dos asistencias y un penalti que provocó antes, eso sí, de fallarlo.
La sociedad que forman ambos es muy importante para Gales. Si están bien, los Dragones tienen mucho ganado. Se buscaron continuamente y se acabaron encontrando. No en vano, crearon cuatro oportunidades entre ellos, la mayor cantidad de una pareja hasta ahora en cualquier partido de esta Eurocopa. De hecho, la mayor cantidad en la pasada Eurocopa fueron seis, también establecido por Bale y Ramsey, contra Rusia.
Bale apareció a cuenta gotas, pero cuando debía hacerlo. Justo antes del descanso, cuando más atascado estaba el encuentro, se inventó un pase largo a la espalda de la defensa turca para que Ramsey la bajara con magia y la cruzara ante Çakir. El jugador de la Juventus abría el marcador después de varias ocasiones muy claras, una de ellas también entrando en carrera y quedándose solo.
Bale volvió a aparecer cuando más presionaba Turquía en la segunda mitad. Provocó un penalti sobre la línea, pero lo mandó a las nubes. El error no manchó su partido. A continuación estuvo a punto de hacer un Benzema en Kiev contra Karius. Se fue rozando el palo.
Con Turquía ya rendida, Bale no quiso perder tiempo en el córner. Decidió irse por la línea de fondo y servir un pase de de la muerte de Roberts para sentenciar sobre la bocina y redondear su partido. Su arenga tras el encuentro a toda la plantilla revela que no solo está en forma, sino que tiene la motivación que le ha faltado últimamente. Y solo con eso, las opciones de Gales suben.
Turquía, casi imposible
Turquía no fue inferior. Dio la cara y tuvo sus oportunidades en un partido con ritmo y buenas ocasiones, con 34 intentos de gol (18 para los turcos y 16 para los galeses), la mayor cantidad en un partido de la Eurocopa hasta el momento.
Burak Yilmaz no tuvo su día, con el punto de mira desviado que lo acabo desquiciando. La selección de Senol Gunes está medio fuera, pero aún hay esperanzas para ellos. Eso sí, no solo tiene que ganar a Suiza, es que deben golearla y esperar. Difícil, pero no imposible.