Reparto de puntos en el Benito Villamarín. El Granada se adelantó tras aprovechar un error de Joaquín; Azeez condujo y Carlos Fernández marcó. En la segunda parte el Granada fue a conservar el 0-1 y estuvo a punto de perder.
Los minutos finales de locura, con goles de Canales de penalti, Tello y Soldado, animaron una segunda parte de dominio bético. Un punto que sabe a poco para los de casa.
Betis y Granada han firmado las tablas en un partido emocionante, sobre todo en el tramo final, y cuyo resultado no deja satisfecho prácticamente a nadie. Al conjunto nazarí, por la sensación de haberse dejado dos puntos que tenía prácticamente en el bolsillo y que le habrían permitido dormir en puestos europeos. Y a los verdiblancos, porque después de la dura derrota del derbi, necesitaban un triunfo que reforzara su moral y les permitiera soñar con una remontada que ahora se antoja casi imposible.
Tuvieron los de Diego Martínez el partido en su mano, tras el gol inicial de Carlos Fernández. Y lo tuvo el Betis después, remontando en apenas tres minutos tras un penalti a Borja Iglesias que transformó Canales y un centro chut de Tello que se coló en la portería de Rui Silva. Pero no estaba todo dicho y Soldado, en el enésimo error a balón parado de los verdiblancos, puso el 2-2 definitivo que deja a Rubi en una situación delicadísima en el banquillo.
Y eso que, a diferencia con el derbi, el Betis comenzó el partido algo más intenso, con un juego más fluido y llegando bien por las dos bandas. Pero cada latigazo del Granada hacía temblar los cimientos del coliseo heliopolitano, vacío por primera vez este curso. Puertas probó a Joel con un gran disparo lejano antes del 10′. Y aunque los verdiblancos tenían más tiempo el balón y lo movían con cierta soltura, el plan del Granada de esperar atrás y salir a la contra estaba saliendo a la perfección.
En el minuto 23 se produjo una jugada con cierta relevancia. Edgar, que había sido objeto de falta, disputó con fuerza la segunda jugada y reclamó al árbitro que diera inicialmente la ley de la ventaja. El riojano Soto Grado le mostró la tarjeta amarilla, una cartulina clave minutos después. Porque aunque el canterano de Sant Joan Despí pudo hacer el 1-0 de cabeza, a la salida de un córner, terminó formando parte del cúmulo de errores que le costó a su equipo el primer gol del partido.Joaquín, en un pase horizontal impreciso e impropio de su calidad, regaló una contra mortal a Azeez. Edgar, amonestado minutos antes, no pudo hacer una falta táctica para frenarlo ya que le habría costado la expulsión. Y el centrocampista nigeriano, a toda velocidad, se plantó solo en la frontal del área bética. Feddal perdió su sitio para intentar tapar un posible disparo, pero Azeez abrió a Puertas, cuya asistencia remachó a la red Carlos Fernández anticipándose a Guardado.El gol fue un jarro de agua fría para el Betis, pero sobre todo para Joaquín, que con gestos elocuentes mostró su decepción por el error. Intentó resarcirse con una gran acción individual que interceptó Rui Silva cuando se cantaba el gol. Y buscó el empate con un disparo lejano, al igual que Loren. Aunque quien más cerca estuvo de lograrlo fue Fekir, con un zurdazo descomunal que Rui Silva, a pleno vuelo sin motor, sacó de la escuadra con la punta de los dedos. Paradón antes del descanso.
Tras el paso por los vestuarios, más de lo mismo. Un Granada bien plantado atrás y un quiero y no puedo del Betis. Pedraza volvió a probar a Rui Silva de lejos, pero el guardameta portugués volvió a reaccionar bien. Ni siquiera los primeros cambios, Tello y Aleñá, lograron impulsar a los de Rubi, atascados en una elaboración anodina, en zonas lejanas al área. Así que al técnico catalán no le quedó más remedio que quemar las naves dando entrada a Lainez y Borja Iglesias.
Ahí encontró el Betis la reacción. El delantero gallego provocó un penalti por agarrón en el área que permitió a Canales igualar el choque. Y casi de inmediato, un centro de Tello que no encontró rematador terminó entrando en la portería de Rui Silva dándole la vuelta a un partido que parecía claro para el conjunto nazarí. Pero cuando los verdiblancos soñaban con su cuarta remontada de la temporada, llegó un nuevo mazazo que resume su temporada.
Soldado, completamente solo al segundo palo, fusiló a Joel Robles en el tiempo añadido para poner el empate en el marcador. Unas tablas agridulces para ambos y que tal vez permitan a Rubi sobrevivir en el banquillo al menos hasta la visita a San Mamés del próximo sábado. O no, porque el Betis, salvo el arreón final, volvió a dar muestras de una fragilidad enorme que convierten en casi milagrosa una remontada para soñar por Europa. Una clasificación continental con la que sí seguirá soñando el Granada.