Babe Ruth no lo logró. Tampoco Hank Aaron, Ted Williams y tantas otras leyendas del béisbol.
La distinción de “unánime” fue para un panameño que transformó el rol de relevista y que emergió de la pobreza en un humilde pueblo de pescadores.
Mariano Rivera se convirtió en el primer jugador que llega al Salón de la Fama con un voto unánime, al ser elegido el martes junto a Roy Halladay, Edgar Martínez y Mike Mussina.
“Es un privilegio”, dijo Rivera en una teleconferencia. “Todo atleta quiere conseguir algo como esto. Ser el primero, siendo latinoamericano y panameño, es un honor”.
Rivera recibió todos los 425 votos en la elección de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA). El cuarteto será exaltado el 21 de julio, junto a Harold Baines y Lee Smith, seleccionado por un comité especial.
Con su fulminante recta cortada, el relevista fijó el récord histórico de salvamentos con 652 en 19 temporadas con los Yanquis de Nueva York, añadiendo 42 en la postemporada. Su dominio fue esencial para la dinastía de los Yanquis que conquistó cinco campeonatos de la Serie Mundial.
Rivera será el segundo pelotero panameño en el museo de Cooperstown, la villa en el norte del estado de Nueva York donde el museo dedicado a los inmortales del béisbol está instalado. El previo fue Rod Carew en 1991.
“Me siento agradecido que Dios me permitió nacer en ese lindo país”, dijo Rivera. “Esto lo quiero compartir y celebrar con todos los panameños, que se lo merecen”.
Ken Griffey Jr. detentó la marca del mayor porcentaje de apoyo con 99,32 por ciento cuando obtuvo 437 de los 440 votos hace dos años.
“Cuando terminé mi carrera, pensaba que tenías buenas posibilidades de llegar al Salón de la Fama”, señaló Rivera. “Pero esto era algo que superaba mi imaginación”.
La elección también marca un hito para el béisbol latinoamericano por ser la primera vez que dos jugadores de la región entraran al mismo tiempo.
En su décimo y último intento en la papeleta de la BBWAA, Edgar Martínez finalmente alcanzó el 75 por ciento necesario. Obtuvo el 85,4 por ciento para convertirse en el quinto puertorriqueño en el Salón de la Fama, junto a Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.
De por vida, Martínez bateó para .312 en 18 campañas con los Marineros de Seattle. Junto a Baines se sumará a Frank Thomas como los únicos miembros del Salón de la Fama que disputaron la mayoría de sus juegos en la función de bateador designado. Un cuarto podría llegar en 2022, primer año de elegibilidad para el dominicano David Ortiz.
Halladay, quien recibió el 85,4 por ciento, será el primer jugador en ser exaltado de manera póstuma desde Deacon White en 2013. As de los Azulejos de Toronto y Filis de Filadelfia, Halladay falleció en noviembre de 2017, a los 40 años, cuando la avioneta que piloteaba se estrelló en la costa del Golfo de México en Florida.
Mussina cumplió una trayectoria de 18 campañas con los Orioles de Baltimore, acumulando una marca de 270-153 con 2.813 ponches. Consiguió el 76,7 por ciento, siete votos más de los 319 que se precisaban para ser elegido.
Un dato curioso de la votación es que Martínez bateó para promedio de .375 (42 hits en 112 turnos) ante tres lanzadores que fueron elegidos el martes. Rivera fue el más castigado del trío al llegar a .579 (11 en 19).
“Las pocas veces que lo sacaba out fue cuando no me hacía contacto”, dijo Rivera. “Nadie podía batearme como yo hacía ese lanzamiento. Así duro me bateaba”.
Hijo de pescadores, Rivera captó la atención de los Yanquis cuando dejó de jugar como campocorto y optó por ser lanzador.
Firmó en 1990 con el que acabó siendo su único club, debutando en 1995. Al año siguiente ya se había establecido como uno de los mejores relevistas de las mayores. Sacó en orden 229 de sus 491 salvados de tres outs, según el Elias Sports Bureau.
Como parte de un núcleo formado por el equipo, que incluyó a Derek Jeter, Andy Pettitte y Jorge Posada, los Yanquis se proclamaron campeones cuatro veces, primero con el tricampeonato entre 1996-2000 y luego en 2009.
“Mariano es un pitcher singular, que solo se ve una vez, y el mejor cerrador de todos los tiempos”, destacó Posada.
“Un Salón de la Fama como compañero. Y un Salón de la Fama como persona”, acotó Jeter.
Los Yanquis ni siquiera tuvieron que esperar hasta su último juego para retirar el número 42 que lució. Resultó ser el último pelotero en las mayores en tener ese número, que fue retirado en 1997 en honor a Jackie Robinson.
“Ser el último 42 elegido al Salón de la Fama y, unánime, es increíble”, dijo Rivera.
Con Rivera y Smith, la cuenta de relevistas en el Salón de la Fama subirá a ocho, uniéndose a Hoyt Wilhelm (1985), Rollie Fingers (1992), Dennis Eckersley (2004), Bruce Sutter (2006), Rich Gossage (2008) y Trevor Hoffman (2018).
Martínez empezó su carrera como tercera base, no fue hasta los 27 años que completó una campaña con más de 100 juegos y se convirtió en bateador designado a tiempo completo a los 32. Fue lo que hizo hasta que se retiró en 2002, con 41 años. Ganó dos títulos de bateo y acumuló 309 carreras.
Su elección pareció improbable hasta hace poco. Su apoyo llegó a caer hasta un 25,2 por ciento en 2014, pero repuntó en los últimos años gracias al impulso que recibió de expertos en análisis estadístico y una vibrante campaña en redes sociales.
Roger Clemens y Barry Bonds volvieron a quedarse cortos, aunque con un incremento paulatino de votos, ambos con siete años en la papeleta. Clemens obtuvo 59,5 por ciento, Bonds recibió 59,1.
También en su séptima oportunidad, Curt Schilling llegó al 60.9. De ideología conservadora, Schilling recibió el apoyo del presidente Donald Trump en Twitter el domingo, cuando el domingo ya se había completo.
Larry Walker fue el otro que apareció en más de la mitad de los votos con 54,6. El venezolano Omar Vizquel llegó a 42,8 en su segundo año, luego que debutó con 37, reseña Sumarium