El equipo londinense cayó ante Southampton y su DT, que reconoció que su puesto tambalea, se desmorona con los resultados y los escándalos
«Es el peor momento de mi carrera de entrenador», se sinceró José Mourinho en su rueda de prensa antes de enfrentar a Southampton. Lo reafirmó este sábado al salir al césped de Stamford Bridge, donde Chelsea encajó un estrepitoso 1-3 y agravó su crisis deportiva e institucional. Los Blues tocaron fondo y su mentor no encuentra la solución para salir a flote.
Todo comenzó con su derrota en la Community Shield ante el Arsenal de Arsène Wenger, con todo lo que eso significa para Mourinho, que nunca había perdido ante su colega francés. Esa caída 1-0 en Wembley lastimó al DT portugués, que se marchó del campo de juego ofuscado. Menospreció su medalla de segundo puesto y la regaló al público.
El escándalo con Eva Carneiro
Debutó en la Premier League con un empate 2-2 ante Swansea. No sólo fue un pésimo resultado, sino que estuvo marcado por un incidente institucional que debilitó al equipo: Mourinho destrozó públicamente a la médica Eva Carneiro por una acción de juego que, a su entender, lo perjudicó.
«Estoy descontento. Todos en el club tienen que entender el juego. Si entras al césped a tratar a un jugador tienes que estar seguro de que tiene una lesión importante. Mi equipo médico me dejó con ocho jugadores de campo en un contraataque rival«, disparó el entrenador luso en la entrevista post-partido.
El portugués vetó a la doctora de los partidos y entrenamientos del primer equipo. La prensa inglesa contó que hubo insultos entre ellos y que la decisión del DT abrió una grieta en su relación con el magante ruso Roman Abramovich, dueño del club. La Federación inglesa investigó el caso, pero no sancionó a Mourinho. Eva renunció a su cargo.
Más pésimos resultados y escándalos en el Chelsea
Pero mientras este escándalo estallaba en el vestuario del Chelsea, el equipo era abofeteado por sus rivales en cada jornada del fútbol inglés. Tras ser goleado por el Manchester City (3-0) en la segunda jornada, Mourinho cargó públicamente contra sus siete de los once jugadores titulares.
«No estoy contento con Ivanovic, Cahill, Terry, Azpilicueta, Hazard, Fàbregas y Matic; tampoco conmigo mismo», recriminó antes de medirse ante West Bromwich, equipo al que luego venció con un ajustado 3-2, con una muy satisfactoria actuación de Pedro, el fichaje de última hora que anotó un gol en su debut.
Pero la alegría duraría poco. Los tropiezos consecutivos ante Crystal Palace (1-2) y Everton (3-1) dejaron al Chelsea al borde del nocaut. En medio de su lucha ante la crisis, tomó aire con una goleada a favor ante el modesto Maccabi Tel Avivi en la Champions League y con triunfo ante Arsenal por la liga. Ese 2-0 ante los Gunners quedó manchado por el incidente entre Diego Costa y Gabriel Paulista. El delantero montó un espectáculo antideportivo.
Más tarde, los Blues avanzaron de ronda en la Capital One Cup al imponerse sobre el Walsall (tercera división de Inglaterra), pero otra vez caerían desplomados en los resultados adversos. Una igualdad 2-2 ante Newcastleen la Premier League y un 1-2 frente al Porto de Iker Casillas en la Champions League, llevaron a Mourinho y sus dirigidos a la ruina.
Mourinho lleva una campaña autodesestabilizadora
Los balances son lapidarios. En ocho fechas del fútbol inglés solamente ganó dos partidos y tiene ocho puntos. Recibió 17 goles, más de la más de la mitad de los goles que en toda la temporada pasada, donde encajó 32 en 38 jornadas. En la 2014/2015 sólo perdió tres partidos de liga, pero ya superó esa cifra porque se fue derrotado cuatro veces.
El equipo muestra su peor cara y Mourinho no envía mensajes revitalizadores. Está lejos de la versión anterior, la que logró el título domestico. No hay secuencias de juego estables para entrar en campo rival. Carece de control. Terry coquetea con la suplencia. Matic perdió su lugar (hoy entró en el descanso y fue sustituido en el minuto 73). El Chelsea se autodestruye a cada paso. Mourinho colabora al echar culpas a los árbitros, sus jugadores, entrenadores rivales, sus médicos, o los campos de juego.
La debacle ante Southampton mostró la desesperación del DT, que volvió a utilizar los micrófonos de forma soberbia. Acusó a los jueces de la Premier League de tener miedo de fallar a favor del Chelsea porque eso los pone en tela de juicio. También sostuvo que es perjudicado en la Champions League. Pero dejó lo mejor para el final, cuando dio a entender que su puesto está tambaleando.
«Ante la primera acción negativa, mi equipo colapsa. Estamos increíblemente bajos. Sé lo que todos piensan y voy a ser claro: no renunciaré y si el club quiere sacarme, va a tener que echarme, porque yo no escapo de mis responsabilidades. Y lo más importante, este es un momento crucial en la historia del Chelsea. Si me despiden, sacarían al mejor DT que este equipo tuvo y el mensaje sería que yo soy el culpable«, disparóMourinho. De lo que debe escapar es de su presente hundimiento.
Por: Rodrigo Duben/INFOBAE