La Champions y el Atleti nacieron para noches como estas. En la nocturna del miércoles el Metropolitano se enfundaba sus mejores galas para volver a soñar con la gesta europea.
Su primer escollo era, precisamente, el mismo que le liquidó en la pasada edición: la Juventus. Los del Cholo comenzaron siendo superiores y perdonaron el primero en varias ocasiones; Szczesny, con un paradón, privaría a Joao Félix del tanto, mientras que Oblak, con su consagrada seguridad, salvaría a los rojiblancos en dos intentos de Cristiano. Llegábamos sin goles al descanso. La segunda mitad sería otra historia.
Cuando apenas habían pasado unos minutos, Cuadrado puso un balón en la mismísima escuadra para inaugurar el marcador; nada pudo hacer Oblak. Tampoco en el segundo de la vecchia signora, obra de Matuidi, que remató a bocajarro desde el área pequeña para enmudecer el Metropolitano.
Pero el Atleti nunca deja de creer. Vitolo entaría por Lodi y daría aire nuevo a los suyos. Savic recortaría distancias de cabeza tras un testarazo de Giménez, había partido. La locura llegaría en el 89′, cuando Herrera remataría un córner al segundo palo para desatar la euforia de la parroquia franjirroja. El mejicano debutaba y de que manera. Cristiano tendría el 2-3 en el 94′. Zapatazo raso desde dentro del área que rozó el poste izquierdo.
El Atleti salvó un punto cuando todo se le ponía en contra y la Juventus se dejó dos cuando lo tenía en la mano. Que bonita es la Champions. Y que grande es el Atleti.