El central del Barça se enfrenta a una sanción de entre 4 y 12 partidos por “cagarse en la puta madre” del juez de línea
Piqué cerró el curso pasado en el Camp Nou con una frase que retumbó. “Gracias, porque contigo empezó todo», soltó el central, en la celebración del triplete del Barça, en alusión a la presencia del cantante colombiano Kevin Roldán en la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, después de la caída del Madrid en el derbi frente al Atlético (4-0). Esta temporada no comenzó menos mediática para el defensa. Tras la derrota azulgrana en San Mamés fue el primero en salir al cruce. “Noventa minutos y en el Camp Nou. Yo creo”, publicó Piqué en su cuenta de Twitter nada más acabar el partido en Bilbao. Pero la ilusión del central y del Barcelona ante el partido de vuelta de la Supercopa de España duró hasta que el 3 se enfrentó a uno de los asistentes y el árbitro le enseñó la roja directa.
El arrebato frente al Athletic le puede costar caro a Piqué. El central protestó un fuera de juego de Aduriz y se encaró con el linier. Según el acta del árbitro Velasco Carballo, el 3 insultó gravemente a uno de sus asistentes: “Me cago en tu puta madre”. Una frase que lo puede tener sancionado entre cuatro y 12 partidos. Según la normativa, debería cumplir el castigo en la Liga. “Supuestamente lo han expulsado por cagarse en la puta madre del línea, pero Piqué dice que no ha dicho eso, que solo ha dicho la puta”, reveló Busquets, nada más terminar el partido. “He hablado con Piqué, pero no tiene sentido hablar de los árbitros, nunca lo hago”, convino Luis Enrique.
Según explicó Busquets, el árbitro expulsó a Piqué “por cagarse en la puta madre del linier”
No es la primera vez que Piqué tiene problemas con Velasco Carballo. La historia entre el catalán y el árbitro comenzó en marzo de 2012, cuando el colégialo expulsó al central frente al Sporting en un partido de Liga. “En el descanso le dije al árbitro que había habido un penalti a Keita y él se lo ha guardado. Se lo ha tomado de manera personal. Los árbitros tienen derecho a equivocarse, pero tengo la sensación de que hubo un poco de premeditación”. La palabra premeditación molestó a Velasco Carballo, que exigió a su colectivo que lo defendiera.
El Barcelona viaja este domingo a San Mamés, de nuevo, y no podrá contar ni con Piqué ni tampoco con Mathieu, que arrastra una suspensión de la temporada pasada. Al Luis Enrique se le acumulan los problemas: a los centrales sancionados se le suman los laterales lesionados: Jordi Alba, Adriano y Douglas.
“La final se ha acabado con la expulsión. Hasta esos 56 minutos creo que los dos equipos hemos estado muy bien”, asumió el entrenador, Luis Enrique, que no tuvo ni un reproche para los suyos. Igual que el capitán, Iniesta: “Era difícil, pero no imposible. Lo intentamos todo. En la primera parte metimos muchísimo ritmo, pero nos faltó un poquito más para que a ellos les entraran las dudas. Luego, con la expulsión, fue mucho más complicado”. “Nos pasó factura quizá el partido de la Supercopa contra el Sevilla o la poca preparación que algunos hemos tenido en pretemporada. Y no son excusas. El Athletic ha competido mejor”, apuntó Alves.
Reunión por Pedro
Por la tarde, horas antes del encuentro, el vicepresidente ejecutivo del Manchester United, Ed Woodward, se reunió en la ciudad condal con Albert Soler y Raúl Sanllehí, directores de fútbol del Barcelona, para tratar sobre el posible traspaso de Pedro. El club azulgrana sigue remitiendo a la cláusula de rescisión: 30 millones de euros. “Saben que hay unas cláusulas”, dijo el presidente, Josep Maria Bartomeu, al terminar el partido, pero se empeñó en afirmar que hablaba en general, no en concreto del caso de Pedro. Tanto él como el resto de jugadores son “imprescindibles” para el Barcelona, señaló.
Luis Enrique no se escondió. Tiene ganas de que el culebrón de los fichajes acabe. “Estoy deseando que se cierre el mercado de una maldita vez porque quiero saber con qué jugadores puedo contar y con cuáles, no. Eso sí, he visto a Pedro muy bien”, remató.