Trea Turner, Paul Goldschmidt y una implacable alineación de Estados Unidos abultó el marcador, una dinámica exhibición de la enorme brecha que separa a un equipo estadounidense repleto de luminarias de las Grandes Ligas y uno cubano que trata de mantenerse competitivo a nivel internacional tras las deserciones de sus mejores talentos.
Turner conectó un par de cuadrangulares, para afianzarse como el líder del torneo, y el campeón reinante Estados Unidos apaleó a Cuba 14-2 el domingo por la noche para alcanzar su segunda final consecutiva del Clásico Mundial de béisbol
Goldschmidt y Cedric Mullins también la desaparecieron por los estadounidenses, que anotaron en siete de ocho entradas, más de dos en cinco de ellos, Turner y Goldschmidt cada uno produjeron cuatro carreras.
El juego fue interrumpido tres veces por aficionados que irrumpieron en el terreno para exhibir pancartas con mensaje de protestas.
“El equipo más o menos representa al gobierno, y hay gente que no está muy contenta al respecto”, dijo Mark DeRosa, el mánager de Estados Unidos.
Estados Unidos jugará contra Japón o México el martes por la noche el juego de campeonato, intentando unirse a los asiáticos como los únicos equipos en ganar dos veces el título.
“Nos tomó algo de tiempo, pero ahora hemos podido carburar un poco», dijo Turner.
Como noveno al bate, Turner encabeza a los productores de carreras del torneo, con 10. Le siguió a su producción de las carreras de la ventaja en el octavo episodio con un grand slam ante Venezuela el sábado, con un cuadrangular solitario en la segunda entrada frente a Roenis Elías (0-1) y luego conectó un jonrón tres carreras en la sexta entrada contra Elián Leyva.
“Me sigo preguntando cada vez que conecta un jonrón quién es el tonto que lo tiene de noveno al bate?», dijo DeRosa.
Cuba se fue al frente cuando sus primeros cuatro bateadores se embasaron frente a Adam Wainwright (2-0) sin sacar del cuadro la pelota. El derecho de 41 años se recuperó para dejar la casa llena y la ofensiva del equipo estadounidense castigó a los lanzadores cubanos con 14 imparables, incluidos ocho extrabases. Estados Unidos recibió siete bases por bola.
Goldschmidt conectó un jonrón de dos carreras en la primera entrada al conectar un lanzamiento de 112 millas por hora sobre la barca del jardín izquierdo. Añadió un sencillo productor de dos carreras en la quinta.
Los espectadores en el estadio loanDepot Park, a lleno con una concurrencia de 35.779, repartieron sus simpatías entre Estados Unidos y Cuba. Unos cuantos centenares se congregaron previo al juego en las afuera del estadio en la Pequeña Habana de Miami para protestar contra la presencia del equipo cubano, cuya isla ha estado bajo un gobierno comunista desde 1959.
El juego se interrumpió brevemente durante el sexto, séptimo y octavo innings cuando aficionados entraron al terreno de juego. El primero cargaba una pancarta que decía “Libertad Para Los Presos Cubanos del 11 de Julio, refiriéndose a las protestas de 2021.
Cada cual tiene derecho de decir lo que piensa y lo que quiera decir», señaló el mánager cubano Armando Johnson. “No estamos para juzgar a nadie. Simplemente estamos para el béisbol, el deporte, que es lo yo me dedico. No tengo que decir nada sobre eso”.
Campeones olímpicos en 1992, 1996 y 2004, la selección cubana la ha pasado mal en años recientes tras el éxodo de peloteros ávidos de jugar en las Grandes Ligas. Cuba no se clasificó al béisbol de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Los cubanos pudieron convocar por primera vez a jugadores de MLB, destacándose el jardinero central Luis Robert Jr. y el tercera base Yoán Moncada, ambos de los Medias Blancas de Chicago. Los dos recibieron abucheos. Pero muchos peloteros de las mayores se ausentaron.
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