El serbio se impuso en el tie-break del quinto tras cinco horas y dos minutos de juego, por encima del Nadal-Federer de 2008. Revalida el título, su quinto en total.
El final fue singular. La bola de Federer se fue a los aires del All England Club y Nole Djokovic no se derrumbó en el suelo o alzó los brazos, gestos que suelen acompañar cualquier victoria en un Grand Slam. Sereno, avanzó hacia la red para saludar a Roger Federer y siguió sin mover un músculo de la cara.
Dio un giro sobre sí mismo mirando a todo el tendido y se agachó por un momento. Con la mano derecha cogió una brizna de hierba y se la llevó a la boca. La masticó. Y acto seguido dio un beso al suelo de la Central. Finalmente, lanzó un brazo en gesto de euforia y miró al cielo para celebrar su quinto Wimbledon y su decimosexto Grand Slam.
Djokovic, entre otras cosas, pasará a la historia como el primer campeón de Wimbledon que lo hizo agotando el nuevo sistema de tie break en el quinto, al ganar 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12.
#EscuchaCrecerLaHierba y Djokovic además se la come.
La FELICIDAD en estado puro. #MovistarWimbledon pic.twitter.com/CWVuRIpY92— Vamos por Movistar Plus+ (@vamos) July 14, 2019
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