Los Medias Rojas anotaron 829 carreras en la campaña regular, la quinta mayor cantidad de Grandes Ligas, antes de agregar seis más en su victoria del martes sobre los Yankees en el Juego del Comodín de la Liga Americana.
El jueves en el Juego 1 de su Serie Divisional contra los Rays, los Patirrojos conectaron múltiples batazos de 100 millas por hora o más, pero cayeron víctimas del buen posicionamiento de Tampa Bay a la defensa y fueron blanqueados. Nada de eso sucedería el viernes en el Juego 2, en el que Boston tuvo un histórico despliegue de poder en su triunfo por 14-6 sobre Tampa Bay.
“Sabíamos que los Medias Rojas tenían una ofensiva bien talentosa y juntaron muchos buenos turnos, con gente en base, y nos ganaron bien”, manifestó el manager de los Rays, Kevin Cash.
Los Patirrojos dispararon cinco jonrones, un récord de la franquicia para un partido de postemporada y apenas la undécima ocasión en que ha sucedido en playoffs/Serie Mundial en sentido general. Además, empataron la marca de MLB impuesta por los mismos Medias Rojas de 1999 (Juego 4 de la SDLA vs. Cleveland) al tener a cinco bateadores con tres hits o más, rumbo a un total de 20 en el partido. Y para rematar, impusieron un récord de Grandes Ligas con cinco jugadores conectando al menos un bambinazo y empujando dos vueltas o más en un partido de playoffs/Serie Mundial.
Todo eso se logró tras el equipo estar abajo 5-2 tras el primer inning el viernes y en peligro de caer en un hoyo de 0-2 en esta serie al mejor de cinco. Ahora la SDLA está empatada a una victoria por bando, con el Juego 3 programado para el domingo en el Fenway Park de Boston.
“A nivel ofensivo, estamos llegando a ser quiénes somos”, dijo el dirigente de los Medias Rojas, el puertorriqueño Alex Cora. “Se siente muy bien. Ahora por lo menos sabemos que jugaremos dos juegos en Boston”.
El viernes, volaron la cerca el arubeño Xander Bogaerts, Alex Verdugo, el puertorriqueño Enrique “Kike” Hernández, J.D. Martínez y el dominicano Rafael Devers.
Houck fue crucial y “perfecto” para Boston
En particular, el regreso de Martínez fue bienvenido para Boston, ya que el cubano-estadounidense había perdido el Juego del Comodín y el Juego 1 de esta serie con una lesión en un tobillo.
“Creo que cuando estoy, se extiende un poco más el lineup”, dijo el veterano. “Tenemos muchos buenos bateadores en este equipo y cuando extiendes un poco el medio del orden, marca una gran diferencia.
“El bateo es contagioso y estos muchachos salieron bateando de verdad. Todo el mundo tuvo una gran noche. No fue una sola persona”.
En un equipo de veteranos de bastante experiencia en postemporada, Verdugo—oriundo de Arizona y de ascendencia mexicana—es de los pocos bateadores de los Medias Rojas participando en su primera postemporada. Ahora batea de 13-6 con un doble, un jonrón, cuatro empujadas y dos anotadas en tres encuentros de estos playoffs (incluyendo el Juego del Comodín).
“Vivo para esto”, dijo Verdugo, de 25 años. “Es béisbol. Tengo confianza en mis habilidades y vivo para los grandes momentos. Quiero esos momentos.
“Ahora vamos al Fenway, nuestro elemento y nuestro estadio de casa. Ya queremos jugar esos dos partidos, con la esperanza de ganar el primero para tener la oportunidad de (eliminar a los Rays) en el segundo para ganar (la serie) allá”.
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