La ATP anunció este lunes que sigue «de cerca» la situación de la jugadora china Peng Shuai, que lleva desaparecida una decena de días luego de haber acusado de violación a un antiguo alto dirigente del país, mientras que el número 1 Novak Djokovic dijo estar «conmocionado».
«Estamos profundamente preocupados por la incertidumbre en torno a la seguridad inmediata y la localización de la jugadora de la WTA (el circuito femenino) Peng Shuai. Nos han tranquilizado las recientes garantías recibidas por la WTA de que se está a salvo, y seguiremos vigilando la situación de cerca», afirmó el presidente de la ATP Andrea Gaudenzi en un comunicado.
Aseguran que Peng está sana y salva
«Por otra parte, apoyamos firmemente el llamamiento de la WTA a una investigación en profundidad, justa y transparente en torno a las acusaciones de violencias sexuales contra Peng Shuai», concluye Gaudenzi.
Paralelamente a la investigación solicitada por la WTA, su presidente, Steve Simon, indicó al New York Times que la WTA «había recibido confirmación de varias fuentes, incluyendo la federación china, sobre que está segura y sin amenazas físicas».
Simon añadió al diario que nadie ligado a la WTA (circuito femenino), ya fuera un responsable o una jugadora, ha podido contactar directamente con la tenista.
La antigua número uno del mundo en dobles, de 35 años, acusó en las redes sociales al antiguo viceprimer ministro Zhang Gaoli, quien fue de 2013 a 2018 uno de los hombres políticos más poderosos de China, de haberla obligado a mantener relaciones sexuales.
Denuncia y censura
La acusación explosiva apareció brevemente el 2 de noviembre en la cuenta Weibo oficial de la tenista ganadora de Roland Garros en 2014 por parejas.
A partir del 4 de noviembre, China bloqueó toda referencia a ese mensaje atribuido a Peng Shuai, y que la AFP no ha podido confirmar con certeza que fue escrito por ella, mientras su entorno se niega a realizar cualquier comentario.
Aunque la censura hizo desaparecer rápidamente el mensaje de la red en China, diferentes capturas de pantalla se extendieron como la pólvora por multitud de terminales.
Zhang Gaoli, por su parte, tampoco reaccionó públicamente a esas acusaciones.