El Atlético suma y sigue esta vez con Lemar y Marcos Llorente como protagonistas. No jugó un buen primer tiempo el equipo madrileño pero reaccionó tras el descanso, donde Lemar marcó tras 46 partidos sin hacerlo y en el que Marcos Llorente volvió a marcar. El Valladolid opuso resistencia, aunque cuando encajó el primer gol desapareció. Hasta entonces, muy bien. El Atlético afronta su semana grande (Salzburgo y Real Madrid) muy enchufado.
El Valladolid no se acobardó en el primer tiempo. Todo lo contrario. A la media hora el conjunto pucelano había disparado más veces a portería que el Atlético. Es cierto que sin peligro. Pero la idea y la disposición del conjunto de Sergio fue muy clara: nada de esperar atrás al Atlético aguardando alguna acción suelta a balón parado o algo por el estilo. Con Alcaraz y Roque Mesa manejando el partido, el Atlético supo desde el inicio que no lo tendría sencillo. Simeone dejó a Koke fuera del equipo, quizá pensando en el derbi ante el Madrid, puesto que el capitán estaba apercibido. Las rotaciones afectaron en este caso a João Féilx y Marcos Llorente. El Salzburgo espera el miércoles. Con todo ello, Correa y Luis Suárez formaron en punta, con Lemar por detrás, ayudados por las bandas por Trippier y Vitolo.
El partido fue atípico, raro, con idas y venidas hacia las diferentes áreas. Ni Masip ni Oblak tuvieron que hacer paradas de mérito pero fueron unos minutos entretenidos, intensos, donde nadie pudo despistarse ni un segundo. El Atlético no tuvo la chispa necesaria para doblegar a un buen planteamiento defensivo del Valladolid, con Bruno muy atento a Luis Suárez. La defensa rival no le dio opción para intentar ningún remate.
El Atlético, con Correa como el más desequilibrante, no tuvo apenas huecos para plantear problemas a su rival. Lemar buscó la pelota, pero no encontró a nadie. El Valladolid se movió de tres cuartos de campo hacia adelante al ritmo que le impuso Jota, con buenos detalles técnicos, aunque insuficiente como para crear problemas a los tres centrales rojiblancos. El 0-0 del descanso hizo justicia a lo que pasaba en el Wanda Metropolitano.
Simeone retiró a Vitolo en el descanso y metió a Marcos Llorente, por lo que el Atlético ya jugó con un 4-4-2 clásico, con Llorente como interior derecho y Lemar por la izquierda. Trippier evitó el 0-1 al poco de comenzar al interponerse en un remate a bocajarro de Marcos André. El Atlético se libró casi de manera milagrosa del tanto y el Valladolid lo acabó lamentando. Porque en una de las pocas jugadas en las que el equipo rojiblanco encontró espacios llegó el 1-0, obra de Lemar.
Marcos Llorente habilitó a Trippier, quien centró raso, no llegó Luis Suárez, pero sí Lemar, quien hizo el tanto en el segundo palo. El francés celebró después de 46 encuentros de rojiblanco sin hacerlo y el Cholo parece haberle recuperado para la causa. La jugada mezcló rapidez, precisión y remate. Parecía fácil pero el francés apenes tenía hueco para marcar. Instantes después entraron Koke y João Félix. El Valladolid se encontró por detrás casi sin merecerlo, tuvo una ocasión clara y la falló. El Atlético sí aprovechó la suya.
El partido ya fue otro, con un Atlético controlando la situación. Trippier volvió a asistir, este vez de cabeza, para que Marcos Llorente hiciera el 2-0. Buen gol, pleno de velocidad y buena definición. Lo positivo para Simeone es que tiene una plantilla amplia, con todos los jugadores muy entonados. El Atleti duerme líder.