El Valencia rozó lo grotesco en San Siro y cayó 4-1 contra un Atalanta novato en la Champions pero que arrasó a su rival con su fútbol de ataque. Las ocho bajas con las que se presentó Celades en Italia, especialmente la de los centrales Garay y Paulista, fueron una lápida para un equipo endeble atrás y con demasiados problemas defensivos. En un hora el Valencia ya había encajado cuatro goles y daba la eliminatoria por perdida. Pero Cheryshev marcó un gol permite agarrarse a un hilo de esperanza para el partido de vuelta en Mestalla.
No se puede negar que el Valencia no estuviera avisado. El ataque del Atalanta ya daba miedo antes de enfrentarse al equipo italiano, con 72 goles marcados, el tercer mejor realizador de Europa, por detrás de PSG y Manchester City. Y en San Siro exhibió su potencial desde el pitido inicial. Sabiendo que el Valencia se las tenía que ingeniar con Diakhaby y Mangala en el centro de la defensa, Gasperini metió revoluciones -en lugar de una referencia como Zapata- en la parte alta de su equipo con dos mediapuntas -Ilicic y Gómez- y Pasalic, de enganche. El jugador croata pudo abrir el marcador en el minuto 8, pero se encontró con una gran estirada de Jaume para frustrar un claro uno contra uno con toda la ventaja para el atacante.
Al Valencia le costaba un mundo cruzar la frontera de los dos campos, forzado en cada acción como si más que jugar, le costara respirar. En un balón ganado con excesivo ímpetu en el centro del campo llegó el primer tanto italiano. El carrilero Hatebour robó, cambió de lado y aún le dio tiempo a rematar a gol dentro del área.
Con el 1-0 abajo, el Valencia mejoró y mostró las carencias defensivas de un equipo construido desde arriba y con enormes lagunas dentro del área. Un rápido saque de falta en la banda sorprendió a la defensa del Atalanta, Ferran amagó con centrar pero su disparo se estrelló en el palo de la meta de Gollini. Después, Guedes cruzó demasiado, aunque apareció Mangala al segundo palo y casi encuentra premio.
El equipo italiano puede tener carencias en su juego, pero no es un equipo pusilánime. Más bien al contrario, trata de inocular el miedo en cuanto percibe alguna duda en el rival. Otra indecisión al borde del área permitió que Ilicic robara el balón y largara un trallazo con la derecha al que -a mano cambiada- no alcanzó Jaume.
El arranque de la segunda parte fue un tormento para el Valencia superado más por sus errores que por los aciertos del Atalanta. Freuler recogió otro balón al borde del área y, viendo cómo reculaban los centrales, disparó desde la frontal del área con un efecto que dejó a Jaume clavado en su sitio viendo cómo entraba el balón. Casi abandonado a su suerte, Hateboer agarró un balón en el centro del campo y galopó hasta el área contraria para hacer un 4-0 que sentenciaba el partido.
Antes, Maxi Gómez había fallado un gol cantado en el área pequeña que le había servido Ferran desde uno de los costados. El partido iba camino del ridículo hasta que Cheryshev agarró un balón en el semicírculo del área y batió al portero Gollini de un preciso disparo raso junto al palo.
El Valencia buscó un segundo gol al que poder aferrarse para una remontada en el partido de vuelta dentro de tres semanas en Mestalla. Pero no lo encontró. El Atalanta quiso seguir intimidando y dio entrada a Zapata -por el central Caldara- pero las revoluciones y las ocasiones fueron decreciendo.