Dicen por ahí que la vida es un columpio, todo cambia y los papeles se invierten. Por eso es mejor no juzgar. Puedes pasar de ser la esposa a la amante.
Alguna vez has amado tanto que crees que no amarás igual? Hay amores que se impregnan en el alma, el corazón y la piel. Que a pesar del tiempo los encuentras en un aroma por ahí, en tus recuerdos y en las tardes que fuiste muy feliz. Sí, yo también fui la esposa y ahora tengo que conformarme con el papel de la amante.
Yo fui la que al llegar la tarde hacía todo para preparar su comida favorita. Fui la señora, la que lo acompañó a fiestas y reuniones. La esposa consentida que se sorprendió con mariachi en su cumpleaños y que no veía la hora en que llegara la noche para dormir entre sus brazos. Sin embargo, un día todo cambió, un día mi corazón quedó hecho pedazos y no quise volver a saber nada del amor.
Fui la esposa que tomó sus cosas y las dejó en la entrada, la que lloro y lloro, pero aún así no entendió cómo pudo traicionar algo tan puro. Algo que nos costó años, tristezas, esfuerzo, algo que construímos a la par y se perdió en aquellas sábanas llenas de calor en las que gozaba con su amante.
Me prometí no volver a caer en un dolor tan grande, que nadie me humillaria de la misma forma y que un hombre no volvería a jugar con mis sentimientos. Me liberé, dejé de llorar, ignoré sus mensajes y pronto me recuperé. La separación me sentó muy bien, me consentí como nunca y me dediqué tiempo para mí, para verme linda y salir por ahí.
Pero, en esta vida, todo da vueltas, aprendí que nunca hay que decir que de esa agua no beberé, porque cuando menos lo piensas terminas en el lugar que tanto juzgaste. Me enamoré y ahora no soy la esposa, cuando llegué a su vida ese papel ya estaba ocupado, ya solo me quedó ser la amante.
Sí, yo también fui la esposa y ahora tengo que conformarme con el papel de la amante. Ahora soy la señalada, la que tiene que verlo a horas no adecuadas, la que no dice nada después de una noche a medias, de esas en las que te quedas despierta porque él se tiene que marcar después de saciar sus ganas.
Y si me preguntan, la verdad es que no tengo ningún interés en ser la esposa, reseña Soy Carmin