A principios del pasado mes de diciembre, el jinete Álvaro Muñoz Escassi ponía rumbo al Golfo Pérsico tras abrasar y calcinar demasiados corazones en España.
Hacía años que su nombre había abandonado las páginas de las secciones de deportes para acaparar rocambolescos titulares en la crónica rosa debido a sus múltiples habilidades como conquistador y su destreza como vendedor de exclusivas. Pero precisamente los últimos titulares, los que le señalaban como el hombre más feliz del planeta al desvelar la identidad de una hija secreta criada en Alemania, Anna Barrachina, acabaron por achicharrarle a él, que parecía incombustible ante cualquier escándalo. Harto de críticas –decía–, con una cuenta corriente que hacía aguas y tras estar a punto de liarse a mamporros con un fotógrafo en un bar de Sevilla, Muñoz Escassi aceptaba una oferta de trabajo en los Emiratos Árabes Unidos para cuidar los caballos de un jeque.
Poco más supimos de él, salvo que la paciente y encantadora Lara Dibildos, madre de su hijo Alvarito, viajó hasta Dubái la pasada Nochevieja para tomarse las uvas con su ex. Esta semana, sin embargo, una nueva imagen del jinete le situaba a más de 12.000 kilómetros de distancia de las cálidas aguas del Golfo: en una playa de la República Dominicana, de noche y charlando con una misteriosa rubia. La fotografía, de pésima calidad, aunque suficiente para identificarle, fue mostrada en el programa «Sálvame» por Chelo García Cortés, quien señaló que su acompañante, que aparece de espaldas y con los hombros al aire, era «una mujer de origen venezolano, de unos 40 años y con mucho dinero». Según la periodista, Escassi y su amiga, que llevaban varios días alojados en un hotel de lujo de Santo Domingo, tienen previsto casarse en un par de meses.
La conexión chavista
Así pues, nuestro casanova favorito otra vez está enamorado, aunque en esta ocasión su amada parece tener bastante más tablas en asuntos del corazón que algunas de las exnovias del jinete. ABC ha confirmado que se trata de Raquel Bernal, una antigua miss reconvertida en poderosa empresaria gracias a los contactos cosechados durante su matrimonio con el que fuera presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, Víctor Flores. En 2010, el portal «Noticiascandela.com» relacionaba a Bernal con un grupo inversor interesado en comprar un hotel en Santo Domingo, que estaría valorado en 75 millones de euros. Al parecer, la venezolana adquirió en su día una mansión en la isla caribeña –en concreto, en La Romana– y tiene casa en la urbanización madrileña de La Moraleja. Pero más allá de su poderío económico, lo que llama la atención es su nómina de amantes, algunos de relumbrón en la sociedad caraqueña. Incluso, «Noticiascandela.com» señalaba un posible idilio con el mismísimo Hugo Chávez.
Según ha podido saber este periódico, aunque Raquel Bernal frecuenta nuestro país no forma parte del círculo más distinguido de los venezolanos asentados en Madrid. No se codea con Maragarita Vargas ni con Carolina Herrera Jr. El pasado 19 de marzo, sin embargo, no se perdió uno de los eventos más exclusivos de la Costa del Sol: la gala de la Fundación Lágrimas y Favores, que capitanea Antonio Banderas y a la que nadie acude sin el visto bueno de Javier, hermano del actor. Durante la cena no hubo rastro de Escassi. Si, como algunos apuntan, el jinete tiene urgencia por casarse con la adinerada venezolana, ésta aún no parece tener prisa a la hora de presentarle en público como su prometido.