De acuerdo con la profesora Jane Ward, en muchas ocasiones, esta actividad con personas del mismo sexo es una exhibición de su heterosexualidad a prueba de bombas y una expresión de su homofobia.
Los motivos utilizados para explicar las relaciones entre personas heterosexuales del mismo sexo son muy diferentes cuando se habla de hombres y mujeres, según una publicación de Héctor Barnes para El Confidencial.
De acuerdo con la publicación, si dos mujeres se besan delante de un grupo de personas, habrá un gran número de explicaciones para su comportamiento, además, es probable que sus propias parejas las animen a hacerlo. Sin embargo, no resulta igual en el caso de los hombres. Si en una fiesta un hombre besa a otro en la boca, o le toca el trasero –actos considerados normales dentro de la heterosexualidad femenina–, la explicación sólo puede ser una, y es que es un homosexual reprimido.
Con el objetivo de poner esta teoría en tela de juicio y ofrecer una visión distinta, la profesora de la Universidad de Riverside en Nueva York, Jade Ware, acaba de publicar el libro Not Gay: Sex Between Straight White Men (NYU Press), en el que defiende la flexibilidad sexual masculina y explica cómo los hombres heterosexuales buscan excusas para masturbarse en grupo, tocar mutuamente sus genitales o, directamente, intimar con otros varones, pero en contextos que ellos no considerarían sexuales.
Ward ha localizado un gran número de contextos donde hombres heterosexuales se las arreglan para llevar a cabo actividades inequívocamenente sexuales. Al contrario de lo que la sexología y la sociología habían establecido hasta ahora, los varones no intiman con otros varones tan sólo en contextos de necesidad y ausencia de mujeres, sino que también lo hacen incluso cuando no hay ninguna escasez.
LA NECESIDAD
La necesidad es uno de los puntos clave en la investigación de Ward.
El discurso biológico clásico sobre el varón sugiere que este es rehén de sus impulsos sexuales, sea homosexual o heterosexual, por lo que si un hombre fantasea o llega a alternar con otro hombre es porque en realidad es homosexual o bisexual. Este determinismo sociobiologicista es muy pernicioso, en opinión de la autora, puesto que presenta al ser humano como un animal que no puede escapar a su programación.
¿POR QUÉ ALGUNOS HOMBRES SE ACUESTAN CON OTROS HOMBRES?
En muchas ocasiones, esta actividad con personas del mismo sexo es una exhibición de su heterosexualidad a prueba de bombas y una expresión de su homofobia, según la autora, quien explicó en una entrevista publicada en Science of Us, que esto representa una oportunidad para decir “mira, soy tan hetero que puedo hacer lo que sea sin que ello tenga ninguna consecuencia en mi orientación sexual diaria”.
NI HOMOSEXUAL, NI BISEXUAL
Plantea la publicación que si algunos hombres se sienten confusos ante esto es porque la cultura aún no ha sido capaz de darle ningún nombre a lo que experimentan. Por lo general, como explica Science of Us, los hombres se justifican aduciendo que no había ninguna mujer a su alcance. En realidad, no tienen a su disposición ninguna razón que encaje con su percepción de sí mismos, es decir, que explique por qué han disfrutado con ello sin poner su heterosexualidad en duda.
“No hay ningún lenguaje que circule cotidianamente que ayude a los heterosexuales a explicar sus encuentros sexuales con otros hombres,mientras que las mujeres tienen un gran número de narrativas socialmente aceptadas a las que pueden aferrarse”, plantea Ward.
Muchos hombres han tenido encuentros con otros hombres, pero ello no quiere decir que sean homosexuales reprimidos, dice Ward en una entrevista con Queerty. El resto de su vida es completamente heterosexual, suelen casarse con mujeres y tener hijos sin pensar que en ningún momento han traicionado su origen biológico ni dudado acerca de su sexualidad, indica.
Ninguno de estos heterosexuales que hacen el amor con otros heterosexuales están interesados por la cultura gay o queer. Estos varones se comportan en todas las facetas de su vida como heterosexuales, salvo que de vez en cuando, se permiten hacer una excepción, sentencia la autora.