En esta vida la infidelidad no decide si eres mujer u hombre, llega, así como la humedad y duele tanto que pocos se atreven a contarlo. Sobre todo si fuiste el mejor hombre y ella te traicionó.
La realidad es que la mayoría de los hombres no van por ahí contando su historia. Tal vez es su ego lastimado, que no les permite gritarle al mundo que cayeron rendidos, que su dignidad se hizo pedazos y que su seguridad quedó por los suelos. Sí, yo también fui el mejor hombre lo di todo y ella me traicionó.
Llega un momento en el que la vida te dice para, en el que ya no tienes ganas de ir saltando de cama en cama, porque uno se cansa, no del cuerpo, no de saciar las ganas, de la soledad. Un hombre se cansa de no sentir el calor de un hogar, de no refugiarse en los brazos de una mujer que tenga la capacidad de entenderte, de escuchar lo que te tiene mal y es cuando decides entregarte, lo di todo y ella me traicionó.
Me costó mucho trabajo el cambio, dejar atrás hábitos que al final dañaban mi matrimonio. Pero lo hice por ella, por mi familia, por un futuro en el que los dos estuviéramos en paz. Busqué la forma de complacerla en todos los sentidos, quería verla sonreír, quería sentir esa satisfacción de que yo era el hombre que la acompañaría en cada paso.
Sin embargo, no fue suficiente. Mis besos no la llenaron, mis caricias se volvieron nada, mi esfuerzo día a día, en el trabajo, la casa, los niños, quedó ahí, en un sueño que yo construí, en algo que atesoraba, pero a ella no le importó. Al final salió en busca de algo más, de algo que ahora ni siquiera me puede explicar, como justificando que la una cosa llevó a la otra.
Sí, también los hombres sentimos que el mundo se viene abajo, también nos hacen sentir poca cosa. Un hombre traicionado, vive el duelo, el dolor de preguntarse una y otra vez, ¿qué fue lo que hizo mal? Lo di todo, fui el mejor hombre y de todos modos ella me traicionó. Se perdió en las sábanas de otro, en sus mensajes, en sus llamadas, en esos ratos, mientras yo la extrañaba.
Esta es mi historia, la misma que muchos otros viven pero que no cuentan, porque parece que solo el otro lado de la moneda es el que tiene la atención. En donde el infiel, el mentiroso, manipulador y que hace todo para mantener una relación tóxica es él. No, los papeles se invierten más de lo que crees y también duele.