A veces el arma más letal que una mujer puede tener es el silencio. No tienes ni idea el daño que puede provocar.
La verdad es que no voy a desgastarme en explicarte el enojo y rabia que tus acciones han provocado en mí. A veces quisiera gritar y salir corriendo, buscar la manera de que también experimentes esta sensación. Pero, no te equivoques corazón, no voy a pelear; mi venganza será el silencio.
Sí, hubo un tiempo en el que tus acciones me robaron la calma, que mis pensamientos estaban llenos de angustia y entender tus razones fue doloroso. Sin embargo, tomé la decisión de que ya era suficiente. Y la mejor manera de lidiar con la ira es refugiarme en el silencio y de abrazar mi soledad.
No lo subestimes, el silencio es la mejor venganza, porque grita más de lo que imaginas, porque una vez que yo decido que tus palabras no tendrán ninguna reacción en mí, tú eres el que sale perdiendo. Mi garganta ya no va a jugar tu juego, tus provocaciones ya no me harán daño y las lágrimas que corran por mis ojos tendrán razones muy buenas.
Hoy, te otorgo mi silencio, desde hoy te vuelves nada para mí, no existes y solo eres un pasado al que por ningún motivo quiero regresar. Hoy decido que mi venganza sea el silencio, porque es una elección saludable y me alejó de los gritos y las discusiones que ya no tienen sentido.
Lo prefiero porque estoy cansada de sentir ese vacío incómodo, porque tragar amargura me está robando el alma y por ti, créeme que no vale la pena. No voy a estresarme por tus acusaciones que se apoderan de mi energía.
Y es que el silencio duele, me convierto un enigma que te causa controversia, quieres saber de mí y te desespera mi comportamiento. ¿Qué estaré haciendo?, ¿por qué no me preocupa? Sigue gastando tiempo y días, tú eres quien decide, reseñó Soy Carmín