Casi cinco meses han pasado desde que la empresa realizó el primer alza de 2016, presionada por el incremento en los costos para la elaboración de untables y barquillas de chocolate y otros sabores. La acelerada inflación y un aumento salarial vigente desde mayo, así como un ajuste en la base para el cálculo del bono alimentación, llevan a replantear el valor que debe pagar el consumidor final de cara a los elevados costos administrativos y de operación.
De acuerdo a la nueva lista hay presentaciones como la Nucita jarra de 230 gramos que tienen una variación de precio de 94% o la lata de Pirulín de 300 gramos que exhibe un aumento de 204%. En una economía en la que el poder de compra se diluye en una espiral inflacionaria, merendar resulta un lujo.
Con información de El Estímulo