Según un estudio publicado en 2013 en la revista Neuropsychopharmacology, al beber cerveza aumentan los niveles de la famosa hormona dopamina que, conocida como la hormona de la felicidad y el amor, es la que nos hace sentir bien.
El peligro, según subrayaban los investigadores, es que estas sensaciones afectan directamente a los centros de recompensa del cerebro, y en algunas personas la ingesta de un solo vaso de cerveza puede aumentar el deseo de tomar otro y otro.
De acuerdo a la publicación de El Confidencial y de un estudio los primeros sorbos desencadenan la liberación de la hormona del amor, lo que ilumina los centros de recompensa del cerebro y puede aumentar el deseo de beber más.
En un primer momento la persona se desinhibe, pero cuidado con las cantidades porque se puede pasar del amor al odio y empezar a perder capacidades motrices como el equilibrio y la coordinación cuando menos lo espere.
Otra características, la persona se vuelve habladora y lista, y es que la revista Behavioral Brain Research, publicó que la cerveza contiene un tipo de flavonoide llamado xantohumol que podría mejorar nuestra función cognitiva y aumentar la capacidad intelectual. Vocalizas raro, pero qué cosas más interesantes dices.
Los ojos, la cerveza puede reducir 50% el riesgo de catarata, pero a partir de tres cervezas se pierden los beneficios.
En la sangre, tras una caña, los niveles de azúcar en sangre caen ligeramente y se puede sentir un poco mareados y algo hambrientos. Ni qué decir que esta sensación es mayor cuando se bebe con el estómago vacío.
Los beneficios con consumo moderado
La cerveza también es beneficiosa para la salud, pero una sola, según un estudio publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, el zumo de cebada también tiene efectos beneficiosos para el corazón gracias a los antioxidantes y las propiedades antiinflamatorias que contiene, aunque casi nadie las mencione. “La investigación demostró que en los hombres con enfermedad arterial coronaria, el consumo de una sola cerveza de unos 350 mililitros al día durante un mes ayuda a reducir el riesgo de un ataque al corazón”, explicó Grumman.