Aunque parezca mentira, la inicial no es lo único que los diferencia. Decirle a todo: helado, no está del todo bien, pues tienen texturas y preparaciones muy distintas. La verdad es que ser algo frío y dulce es su principal, o su única, similitud.
Empecemos las diferencias, a partir de que el cono de helado llega a tu mano. Si la bola comienza a derretirse rápidamente, en tus manos tienes un helado. Si la bola está muy fría que pega en los dientes y la bola parece derretirse con lentitud, estás disfrutando de un gelato. Esto sucede porque la preparación del gelato hace que sea servido más frío que el helado.
Esta preparación que proporciona más frío se debe a que el gelato de bate más lento, y al terminarlo se convierte en una mezcla densa. El helado se bate a gran velocidad y por eso se derrite más rápido. El hecho de que el helado de prepare con crema en lugar de leche, contribuye a que el helado contenga más grasa que el gelato.
Otra diferencia entre el helado y el gelato es el uso de yemas de huevos, el gelato va de usar muy pocas yemas en su preparación a usar ninguna. El helado, al contrario, usa varias.
Estas diferencias son en verdad, casi imperceptible, más si el gelato o el helado es servido en una cesta de waffle, con sirope y crema batida. Pero, a pesar de eso siempre es bueno saber a profundidad cosas que forman parte de la rutina, para tener un enriquecimiento de la experiencia.
Texto: Ariana Gil
Crédito Fotos: Depositphotos