Lauren Cox fue sentenciada por mantener una relación prohibida con un adolescente de 16 años. En la corte se vivió un escándalo de gritos y acusaciones.
Una maestra de geografía de Croydon, al sur de Londres, fue condenada a 12 meses de prisión por mantener relaciones sexuales con un alumno de 16 años. Lauren Cox, de 27, conoció a adolescente cuando éste tenía apenas 13. En ese momento comenzó a darle dulces.
Durante la sesión condenatoria las madres de la víctima y de la condenada mantuvieron un curioso intercambio. «No tuve opción, es mi hijo«, señaló al intentar explicarle por qué la había denunciado. La otra protagonista del tenso diálogo replicó: «Sí tuviste una opción. ¿Cómo duermes de noche?«. La maestra -casa en 2014- reconoció haber mantenido relaciones sexuales en al menos cinco ocasiones con el joven. Al momento de la sentencia gritó a su familia: «¡Lo siento!«
Identificada en la institución educativa bajo el nombre de Miss Dunlop -su nombre de soltera-,Cox conoció por primera vez al niño cuando éste tenía tan solo 13 años. Durante ese tiempo y hasta sus 16 sólo mantuvieron un vínculo afectivo, pero no sexual.
Según el relato del fiscal Brian Reece, en febrero de 2015 Cox condujo al alumno hasta la estación de trenes. En un momento determinado «detuvo el automóvil y le dio tres opciones: podrían permanecer sentados en silencio podría dejarlo allí en la estación o podrían abrazarse. Él eligió la tercera alternativa. Este era el primer paso de lo que ella sabía era un terreno prohibido«.
Con el paso de los días, la relación se tornó más física. El sexo vendría en marzo, también en el vehículo de Cox, donde comenzó todo. En uno de los primeros encuentros ella le comentó que tomaba píldoras anticonceptivas, por lo que no podía quedar embarazada.
Entre las pruebas presentadas en la Corte de Croydon también se incluía material fotográfico que la maestra de geografía envíaba a su alumno. Eran selfies «indecentes«, relató Reece quien además relató que la mujer cuestionaba al adolescente por su novia. También le rogó que mantuvieran sus encuentros en secreto.
Pero ese secreto se terminó cuando la pequeña hermana del joven la descubrió luego de uno de sus encuentros furtivos en su hogar. Le mintió a su hermana diciéndole que era su novia «Hannah» de 16 años, pero al llegar su madre a su casa cambió la versión: su nombre era «Grace» y tenía 18. Las sospechas se volvieron evidencia cuando espió a su hijo subiéndose al auto de su profesora.
Ambas mujeres tuvieron un encuentro. Cox admitió el romance y prometió poner fin a la relación. Pero el impulso sexual pudo más entre ambos. Se reunieron para una «despedida«. En ese momento, informó a los servicios sociales y a la policía quien inició las investigaciones.
En una carta presentada ante los jueces que la condenaron, Cox escribió: «Me gustaría disculparme (con el niño) por anteponer mi corazón por sobre mi cabeza. Me enamoré y creí que era mutuo. Si tengo una mínima oportunidad de resucitar mi carrera, pelearé por ello«.
Sin embargo, su epístola no conmovió a los magistrados que la hallaron culpable y la sentenciaron a un año tras las rejas. Su marido, con quien había contraído matrimonio dos años atrás, también la condenó: la echó de su hogar.
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