La historia de la muñeca “Okiku” de Japón y su espeluznante origen: Le crece pelo sin parar

La cultura milenaria de Japón se basa en cientos de leyendas, mitos e historias reales relacionadas con los antepasados y la presencia de sus espíritus es considerado como algo habitual. El increíble relato sobre la muñeca de una niña que murió hace 90 años es el centro de atención de los miles turistas que visitan los templos del país oriental.

Esta particular leyenda japonesa trata sobre una muñeca de juguete que está poseída por el espíritu de una niña que se encuentra en su interior.

La denominada “Okiku”, según explica el cuento popular de Japón, nació en 1932 cuando un joven salió en busca de un regalo para su hermana que padecía una enfermedad muy delicada.

Un juguete que acompañó a la nena hasta su muerte

Este muchacho tenía solo 17 años y viajó hasta la ciudad de Sapporo para comprarle a la pequeña un presente especial. Al regresar a su casa con la muñeca, a la jovencita le gustó mucho y le puso de nombre “Okiku”.

Tal era la fascinación por este juguete, que la niña la tuvo el resto de sus días entre sus brazos. Lamentablemente, falleció en enero de 1933 con la muñeca en sus manos y su muerte dejó a la familia sin consuelo.

Luego, la protagonista de esta leyenda de Japón fue cremada y sus restos se colocaron en una urna dentro de un santuario muy chico. A su lado, sus seres queridos pusieron a la muñeca que la había acompañado durante sus últimos momentos en este mundo.

El descubrimiento del espíritu dentro de la muñeca

Sin embargo, el cuento recién empieza, porque con el pasar de los años la familia de la pequeña se dio cuenta de algo insólito y paranormal. El pelo de la muñeca seguía creciendo y allí estimaron que el alma de la nena había quedado atrapada dentro del juguete.

A la muñeca “Okiku” de Japón le crece pelo sin parar y es la atracción de miles de turistas.

En consecuencia, comenzaron el ritual de cortarle el cabello al objeto preciado una vez al mes. Años más tarde, en plena Segunda Guerra Mundial, la familia japonesa tuvo que dejar su casa de toda la vida y se llevaron a la muñeca poseída.

Pero la muñeca con el espíritu de su hija tenía que quedarse en un lugar tranquilo y sagrado. Por esa razón la dejaron en el templo Mannenji.

La atracción turística de los templos y el mito del llanto

A partir de ese momento, este juguete poseído fue trasladado a diversos templos de Japón y en la actualidad es exhibido en la región de Hokkaido.

La insólita leyenda popular cruzó las fronteras y miles de turistas llegan a estos lugares sagrados cada año para verificar si es verdad que el cabello de “Okiku” sigue su crecimiento.

Hay personas que también aseguran que descubrieron en sus ojos una pequeña humedad, tal y como si la muñeca poseída estuviera llorando.

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