En el país asiático es habitual que se contrate a actores para que acompañen a la familia cuando alguien muere.
El insólito puesto de plañidera (una antigua tradición en China) se trata de “gemir, llorar, sollozar o clamar” ya que proviene del verbo «plañir», de acuerdo con la Real Academia Española (RAE).
Una mujer oriunda de la provincia de Henan, ha trabajado como «llorona profesional» por más de 20 años, para mantener a su familia. Con el dinero que ha ganado pudo financiar una casa para su familia y enviar a su hijo mayor a la universidad.
La compañía encargada de este tipo de negocio afirma que “nos invitan para ayudar a incrementar el número de asistentes a los funerales donde puede haber una afluencia menor a la esperada. Tenemos un número importantes de plañideros para llamar cuando surja la necesidad”.