Así es, aunque no te lo creas. Si elogias demasiado a tu hijo, sobre si no lo merece en un momento determinado, puedes convertirlo en un niño narcisista, poco tolerante e incluso en un niño tirano.
Es cierto que los necesitan ser elogiados para sentir motivación y avanzar en sus metas, pero necesitan una “dosis de elogios” racional y con un sentido.
Alta autoestima vs Narcisista
Los niños con alta autoestima (y que han recibido elogios apropiados) piensan que son tan buenos como los demás, mientras que los niños narcisistas piensan que son mejores que los demás.
No es bueno para la autoestima que un niño reciba demasiados elogios, puede hacer que el pequeño tenga en el futuro problemas psicológicos y sociales, que pueden suceder en la infancia hasta la adulta. Estos problemas pueden ser bastante graves.
Los niños que reciben demasiados elogios y que se vuelven narcisistas se creen superiores y piensan que tienen derecho a los privilegios y al reconocimiento y admiración por parte de los demás. Si no logran tener este de atención pueden atacar y ser realmente agresivos puesto que tienen baja tolerancia a la frustración.
Elogiar con criterio
Para que el elogio no se vuelva en algo negativo tendrás que saber cuándo elogiar y cuándo no hacerlo. Por ejemplo, si tu hijo ha sacado buena nota en un examen puedes felicitarlo por el esfuerzo que ha hecho, pero no porque es el mejor de su clase y los demás no saben hacer las cosas bien, algo que es irreal y tu hijo estaría recibiendo una percepción equivocada de la realidad.
Es más, después de sacar una buena nota en la escuela, no dudes en animar a tu hijo a que se supere en el siguiente examen, porque SIEMPRE se puede mejorar… aunque lo que importa no es el resultado sino el que se traza para alcanzar las metas.
Fuente: Imujer