El truco para que la carne guisada no quede dura

Cuando era pequeña me encantaba la carne guisada de mi madre. Blandita y con esa salsita de guisantes, patatas y zanahorias. Siempre me he preguntado cómo lo hacía y, llegada a la edad adulta, he intentado hacerla una y otra vez… pero con escaso éxito. No me digáis por qué, pero a mí la carne no me quedaba igual. De hecho, me quedaba más dura que un zapato, y no lograba darle el punto aunque repitiera la receta paso a paso.

Un día leí algo muy útil y, desde entonces, lo pongo en práctica. La carne jamás se me ha vuelto a quedar dura.

Para empezar, la carne que selecciones para guisar es importante. El morcillo, el cuello, la pierna o la aguja de ternera suelen ser las mejores partes de cara a obtener buenos resultados.

Y luego para que no quede dura hay un truco. Colocar la carne en un recipiente y cubrirla perfectamente bien con una mezcla de agua y maicena (una cucharada de maicena y dos vasos de agua por cada 500 gramos de carne aproximandamente). Déjala durante 10-15 minutos.

A continuación, sácala, escúrrerla y dórala vuelta y vuelta durante medio minuto en una sartén. A continuación, para que, a pesar de todo, la carne no quede suela de zapato , déjala cocer a fuego lento y cuanto más tiempo mejor, siempre vigilando que no se quede sin agua. Si no tienes ni tiempo ni paciencia (quizás harían falta un mínimo de dos horas de cocción) lo mejor es que eches mano de la olla exprés y la pongas un mínimo de 20 minutos.

Si después de retirar el vapor y abrir la olla sigues viendo que está dura, no te preocupes. Ciérrala de nuevo y ponla otros cinco minutos. Seguro que te sale tierna.

Fuente: Que